42 años del asesinato de Jorge Caballero Sánchez

 

Los fascistas rodearon al joven cenetista de Agromán, y en un estado frenético y de superioridad numérica, pasaron de los insultos a la violencia, le golpearon en la cara, hasta que cayó al suelo, una vez en el suelo comenzaron a patearle los costados y la cabeza.

Por Redacción Sindicalismo

Jorge Caballero Sánchez (1959-1980) murio asesinado el 28 de marzo de 1980, frente al cine Azul, en la Gran Vía de Madrid, apaleado y apuñalado por un grupo de extrema derecha. Murió quince días después a causa de los daños ocasionados por la agresión.

Era afiliado de Confederación Nacional del Trabajo, militaba en el sindicato de la construcción de Madrid.

El día 28 de marzo, viernes, a las 10.20 de la noche, Jorge y su novia salían del cine Azul, donde acababan de presenciar la película La Naranja Mecánica. Ya en la calle, se detuvieron al borde de la acera, con el propósito de esperar un taxi en el que pudieran volver a casa. Inopinadamente se les acercaron siete u ocho muchachos cuyas edades han sido calculadas en quince o dieciséis años. No portaban distintivo político alguno, ni objetos contundentes visibles. Al parecer, habían visto la insignia con la «A», motivo por el cual comenzaron a insultar e increpar a Jorge, a quien calificaban de ácrata. Según fuentes policiales, el agredido no respondió en ningún momento a los vituperios, actitud que, por otra parte, parecía la más razonable, dada la superioridad numérica de los agresores.

El grupo de fascistas: José Juan Llobregat, alias el “loco”, armado con un machete; José Maria Vargas Villaba, alias el jerezano; y José Miguel Gomez Gonzalez, “el masa”, jefe de centuria de Fuerza Joven, ambos armados con palos, los demás llevaban bates de béisbol y navajas. Todos ellos, habían salido de caza a la Gran Vía de Madrid, en busca de una víctima.

Los fascistas rodearon al joven cenetista de Agromán, y en un estado frenético y de superioridad numérica, pasaron de los insultos a la violencia, le golpearon en la cara, hasta que cayó al suelo, una vez en el suelo comenzaron a patearle los costados y la cabeza. Cuando el compañero intentaba ponerse en pie, José Juan Llobregat empuñó su machete y con la furia del cobarde, hundió su arma en el pecho de su víctima hasta la empuñadura. El machete atravesó el hígado y parte del pulmón derecho.

El compañero Jorge Caballero Sánchez tardaría en morir 15 días agónicos en el hospital a causa como explicó el propio forense de la agresión sufrida.

Foto periodico CNT 1980

El asesino Juan José Llobregat huyó al extranjero gracias a la ayuda del propio subjefe de Fuerza Nueva, Ricardo Alba, éste le había proporcionado el billete para sacarlo del país, para así evitar la acción de la justicia así como por posibles represalias de las organizaciones tanto anarquistas como de izquierdas.

Finalmente la policía detuvo a algunos de ellos. Junto a “el masa” y “el jerezano”, estaban como agresores y colaboradores del asesinato, los siguientes miembros de Fuerza Nueva: Fernando Saliquet de la Torre, Felipe Queipo Zimmerman, Antonio Pagazanturdia Irache, Pascual García Porras y los hermanos Miguel Ángel y Javier Fernando Masia Linaza. Mientras a los dos encausados se les impuso una fianza de 25.000 Pts, ese mismo tribunal exigió 3.400.000 pesetas a los partidos y sindicatos que intentaban ejercer como acusación popular.

Tras mas de siete años de espera, el 28 de Abril de 1987, la Audiencia Provincial de Madrid, sentó a los acusados en el banquillo, acusándoles de desordenes públicos y no de asesinato como pedía la abogada Maria Ángeles López, abogada particular de los familiares del asesinado Jorge Caballero.

El texto de la sentencia dictada el 5 de Junio por el juez Carlos Entrena, antiguo miembro del Tribunal de Orden Público del franquismo, ni siquiera mencionó la condición ultra fascista de los acusados, olvidando también que estos habían amenazado con sus armas a los transeúntes en varias ocasiones durante aquella misma noche.

Los acusados solo fueron condenados a pagar ridículas multas, mientras el asesino material, Juan José Llobregat se encontraba en paradero desconocido…

José Juan Llobregat Ferre (alias Pepe el loco), huyó a Venezuela despuésdel crimen, allá fue preso por intento de asesinato, apuñaló a un cocinero en un restaurante, después sus padres Nuria Ferre y JoséLlobregat Pastor lo llevaron a la capital dela República Dominicana Santo Domingo, actualmente trabaja en Llobregat, S A., reside en Arroyo Hondo (México) y está casado con Nelly Santiago. Tiene dos hijos Carlos y Paloma. Se dedica al golf, a engañar a todo el que puede y a emborracharse y drogarse. Siempre que contaba su crimen era con burlas, usando palabras muy despectivas y no ha sentido nunca ningún arrepentimiento. Cuenta que había gozado cargándose a un rojo y que se moría de la risa cada vez que recordaba la cara de espanto y de miedo que tenia su infeliz víctima, se enorgullece contando como desde los catorce años salía a torturar y matar a todos los rojos.

El Loco se fugó de España antes de ser arrestado. Y ha estado escondido 35 años.

Durante este tiempo, Llobregat ha estudiado arquitectura. “Quiere montar una empresa”, confiesa un familiar. Y ha trabajado en la compañía de construcción y promoción inmobiliaria fundada en 2000 por sus padres en Santo Domingo. La firma, que tiene una delegación en Marbella, levanta torres de edificios de lujo. Y ha concebido proyectos como un rascacielos con vistas al mar caribeño. El complejo tiene 27 plantas, 1.500 metros de oficinas y 600 plazas de garaje.

Llobregat es alérgico a Internet. Carece de perfil en las redes sociales. No tiene teléfono fijo a su nombre (ni al de su esposa). Y hasta hace un año y medio residió en Arroyo Hondo, una zona de clase media en la capital de la República Dominicana, según confirma por teléfono su guardia de seguridad.

Campamento de Fuerza Joven en 1980 en San Lorenzo de El Escorial (Madrid) / RICARDO MARTÍN

La facilidad con la que El Loco huyó del país fue un escándalo en la España de los ochenta. “La policía tenía localizados a todos los fascistas de Fuerza Nueva. Sin embargo, la noche que murió Jorge Caballero, los agentes arrestaron a todos sus agresores menos a José Llobregat”, recuerda la abogada Ángeles López Álvarez, que ejerció la defensa de la familia de la víctima.

“Fue todo una vergüenza. Una auténtica burla para la familia”, indica Eugenia Caballero, hermana de la víctima.

Los partidos de izquierda y sindicatos como CNT, CC OO y UGT no pudieron personarse como acusación popular por carecer de los 3,4 millones de pesetas (20.434 euros) de la época impuestos de fianza por la Audiencia de Madrid. “Todo se hizo para despolitizar la causa”, opina la abogada López Álvarez. La letrada recuerda que los dos únicos condenados fueron defendidos durante la fase de instrucción del caso por el abogado Antonio Muñoz Perea, entonces yerno del dirigente de Fuerza Nueva Blas Piñar.

El ultra José Miguel Gómez González, el Masa, confesó en noviembre de 1981 al semanario Cambio 16 el papel de Llobregat en la muerte de Jorge Caballero. “De pronto llegó el Loco corriendo y me dijo: ‘vámonos rápido de aquí que me he cargado a un rojo. Salimos corriendo todos y no paramos hasta llegar a la plaza de España, donde José Llobregat se detuvo para lavar el cuchillo ensangrentado”, relató el Masa. Gómez González señaló al entonces subjefe de Fuerza Nueva, Ricardo Alba, como artífice de la compra de los billetes de avión para la huida del asesino.

La orden de busca y captura de Interpol que pesaba sobre el Loco permaneció activa hasta 1999, según fuentes policiales. José Llobregat es desde entonces un hombre libre. Su crimen ha quedado impune.

Fuentes:

Del diario El Pais: Joaquín Gil investigacion@elpais.es y de militantes de la antigua CNT, actualmente CGT.

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