Esto va a suponer en la práctica la prohibición del aborto en muchos estados o llevar los supuestos a tales límites que sea inaccesible para la mayoría de las mujeres.
Tendremos que seguir peleando hasta que se establezca una zona de seguridad en las proximidades de las clínicas donde se interrumpa el embarazo, que garantice en forma eficaz la intimidad, tranquilidad, libertad e integridad moral de las mujeres que acudan a las mismas.
El abuso sexual de una menor internada en un centro de protección de menores sacó a la luz la situación de cuatro hermanos, internados en cuatro centros de protección de menores diferentes, que fueron retirados a su madre en sus primeros años de vida.
Necesariamente tenemos que felicitarnos ante el hecho de que no sólo se han hecho eco de un problema, de un agravio que sufren las mujeres, en la sede de la soberanía popular a través de una iniciativa legislativa promovida por parlamentarias del PSOE.
Vamos camino de lograr que la prestación sanitaria de la interrupción del embarazo pierda calidad en nuestro país y que de nuevo vuelva la doble categoría del tratamiento, la diferencia entre las mujeres que puedan pagar un aborto privado y las que tenga necesariamente que acudir a la pública.
«La existencia o no de una legislación estricta o incluso la prohibición del aborto, no incide en el número de abortos en un país; a lo que afecta es a la salud de la mujer».