Lembrar tamém é sofrer. Mais é unha boa terapia nestes tempos de pandemia contra o derrotismo e a resignación instalados no pobo traballador galego que, contrariamente ao relato imposto polo franquismo, xamais fomos un pobo pasivo. Vigo, a nosa querida cidade, a maior metrópole da Galiza, foi sempre unha urbe reivindicativa, solidaria e profundamente antifascista e republicana.
Julio Anguita dijo en 1992 que “democracia no es solo votar cada cuatro años”. Tener por Jefe del Estado a un rey impuesto por un dictador genocida y fascista no entra en los límites de la democracia. Denunciar la (presunta) corrupción del Jefe del Estado y que esto traiga problemas judiciales a quien lo hace es la antítesis de una democracia plena. Sin embargo, insisto, esta corrupción parece no ser merecedora de condena.
Habríamos agradecido que el periodista gallego hubiera aprovechado la ocasión para abrir la entrevista con Rocío Monasterio, diputada en la Asamblea de Madrid, y presidenta de VOX en esa comunidad, recordando aquel terrible atentado, del que se salvó, por pura casualidad, la anterior alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena
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