
Sin toros ni dineros, senados y reyes tampoco
Tirando por lo muy bajo, puede que suprimiendo Senado y Monarquía nos ahorremos cien o doscientos millones al año, pero lo incalculable sería el valor del ejemplo que darían los políticos y el Rey. Se trata de un sacrificio necesario para que la sociedad se enfrente también unida a la nueva “guerra” que viene: la de la pobreza que se extenderá por todas partes y que el ingreso mínimo vital solo conseguirá ocultar un poco.