178 días de secuestro: Pablo González

El tribunal regional de Przemyśl, en el sureste de Polonia, ha decidido prolongar por otros tres meses la detención en prisión preventiva del periodista español Pablo González, detenido el pasado 28 de febrero

Por Cecilia Remis / LQSomos

Una detención que no sabemos muy bien que tiene de preventiva, pues está incomunicado, solo mantiene un contacto pobre y burocrático con el consulado español, no puede comunicarse con su familia, solo hay una correspondencia, previamente censurada que llega con retraso de hasta dos meses, y tampoco le puede asistir su abogado europeo de confianza. La Fiscalía polaca le acusa de espionaje en favor de Rusia, pero casi seis meses después no ha presentado prueba objetiva alguna que avale esa acusación.

El abogado de González en Polonia, Bartosz Rogała, ha confirmado que el tribunal ha decidido “prorrogar” su detención al coincidir con la Fiscalía en la mayoría de premisas para mantener en prisión al periodista español. La Fiscalía había justificado el mantenerle encerrado por “una bien fundada preocupación por un fraude de procedimiento, temor de ocultamiento o fuga y el hecho de que sobre González pesa un riesgo de una pena elevada si es condenado”.

La pareja de Pablo, Ohiana Goiriena, ha manifestado que el objetivo de estas prórrogas es «doblegar su voluntad» para que declare «lo que no ha hecho. Están intentando hundirle totalmente». «Si no, no se entiende que le tengan seis meses incomunicado. Hasta los peores criminales tienen derecho a hablar por teléfono con sus familiares», ha añadido.
La mujer del reportero ha afirmado que intentarán recurrir la prórroga de la prisión preventiva, pero teme que «el resultado será el mismo» y que «tendremos que esperar otros tres meses para ver qué pasa».
Según ha afirmado, la clave está en que no hay pruebas. «Si con lo mismo seguimos así, no tengo esperanza de que en tres meses cambie nada a mejor, al menos. Solo nos queda seguir luchando por conseguir esos derechos básicos, que son el contacto directo con Pablo, las llamadas telefónicas, visitas, y el derecho a que su abogado de confianza pueda asumir el caso, que de momento lo están impidiendo».
Ohiana Goiriena espera que se fije fecha de juicio «ya» y que el periodista vasco «pueda tener un juicio justo».
Además, ha apuntado que las últimas cartas de su marido las recibió hace dos semanas y estaban fechadas a mediados de junio. «Eran después de la primera prórroga y se le veía un poco desanimado, aunque físicamente está bien. Se cuida y hace deporte, dentro de lo que le permite el régimen carcelario. De ánimo, se le nota ya un poco alicaído».

Con el secuestro de Pablo la democracia en Europa ha bajado a las cloacas, la vulneración de la Carta Europea de Derechos Humanos, es una clara renuncia de la UE a la defensa de las libertades de pensamiento y de información, y sobre todo una negación de los Derechos Humanos.

¿Dónde están las garantías de DERECHO de un estado europeo?
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– Libertad para Pablo – Free Pablo

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