Una Universidad para la Aristocracia

Por Pedro José Villanueva

Aún recuerdo cuando me decían en casa que sino estudiaba no llegaría a nada, que tenía que labrarme un futuro si no quería ser un minero más como el resto de la familia. Lo peor de todo es, que eso mismo también se lo decían a nuestros padres. Con el paso del tiempo, si bien algo hemos mejorado, todo continua parecido a hace cien años. Aún peor, el sistema social ha creado un mercado de trabajo lastimoso en el que tener uno o mil títulos universitarios, no es sinónimo de éxito y de una vida tranquila.

Todo esto, viene a cuento de un suceso que me ha explicado muchas de las cosas que de joven me preguntaba, entre ellas: ¿Porqué todos los ricos son tan listos? o ¿Porqué los hijos de los ricos tienen tanta facilidad para el estudio? Alguno me puede tratar de ingenuo por no ver esto antes y esperar casi al ecuador de una vida para encontrarme con una realidad que en verdad ya intuía pero no quería reconocer.

Siempre pensé que el estudio y el esfuerzo traían consigo su recompensa, y he de decir que así es, a lo mejor no tanto en el ámbito profesional y económico pero sí en el de satisfacción personal y bagaje intelectual. Mis raíces intelectuales, como la mayoría de los mortales, se hunden en la enseñanza pública para finalizar mi formación en la UNED sacando títulos y cursos a golpe de horas de estudio, en compañía de nobles obras de tamaño descomunal y sin dibujo alguno, todo ello aderezado de esfuerzo económico para pagar los créditos y matrículas correspondientes. Esto de los dibujos en los libros del colegio trae a mi memoria aquellos momentos en los que mis padres, con mucho esfuerzo, traían a casa los libros del curso venidero recién comprados. En cuanto los miraba, hacía una rápida visual para ver si tenían muchas letras o muchos dibujos y así intentar adivinar la dificultad que me esperaba ese curso.

Después de todo lo dicho, expongo la cuestión por la que he querido realizar este artículo.

Hace unos meses, hablando con un amigo sobre este mismo tema, me dice que porqué no hago Derecho, por no se que Universidad, privada obviamente. Que la citada Universidad (no diremos nombres por no herir sensibilidades y, más aún, no acabar en los Juzgados) ofrece un Grado en Derecho super cómodo, esto es: Para empezar te convalidan el cuarto año por el mero hecho de ser funcionario, por otro, no hay que asistir a clases, solo hay que hacer un examen al mes por asignatura. Para la realización de dicho examen te ofrecen unos apuntes de doscientas preguntas, y de las mismas entran cincuenta en dicho examen. No daré datos del lugar de examen para que ustedes, aventajados lectores, hagan sus cábalas.

El caso es que después de escuchar tan primorosa oferta, los cimientos de mi mundo se resquebrajan y la voz de mi conciencia empieza a llamarme, en un susurro interior: ¡Pedazo de burro! Y tú matándote a estudiar… Vamos que si meo, no suelto gota.

Ahora vamos al meollo del asunto. Yo me quedo mirando a mi querido amigo y le pregunto incrédulo: ¿Y cuanto cuesta? Este, se sonroja y me dice: Ese es el problema, cuatro mil euros de matrícula más los créditos de las asignaturas, más las convalidaciones…es decir, que a siete mil euros por año aproximadamente. DERECHO A GOLPE DE TALONARIO.

Ahora entiendo muchas cosas. Entiendo que llevamos siglos en la misma situación, los que más tienen siguen moviendo las ruedas del poder y colocan a los suyos si o SÍ. A golpe de talonario pagan los títulos de sus sucesores y buscan el resquicio legal para no competir con la clase trabajadora, media o como queramos llamar a los que no son de la ELITE, de los suyos. Han creado una “Universidad de la Aristocracia”. Para y por la Aristocracia, donde no importa la formación sino el obtener el título que luego abrirá las puertas de un futuro determinado por un historicismo nauseabundo creado por las élites que manejan el mundo.

En fin, las tendencias de teorías políticas tienden a reconocer cada vez más el enfoque del ELITISMO, véase autores como Pareto, Mosca, Michels…, como explicación causal del sistema social en el que vivimos. Cuestiones como la que acabo de comentar, demuestran como el sistema no se avergüenza de su actuación. Las Universidades son sinónimo de empresas productoras de euros, de sociedades sectarias donde se prima el mínimo esfuerzo para el que dispone de una buena cuenta bancaria y se reclama un máximo esfuerzo al que menos tiene, Como hace cien años…

3 Comments

  1. El sistema en el que vivimos, no sólo el económico, es un sistema elitista, aristocrático, la elección mediante voto siempre lo fue y lo sigue siendo, fue el «método democrático» que se encontró para evitar un verdadero gobierno del pueblo, mediante sorteo, que es el método verdaderamente democrático: «Contra las Elecciones, cómo salvar la democracia». David Van Reybrouck, en editorial Taurus.

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