Tengo hambre

Por Carmen Sereno @spicekarmelus | Ilustración de JRMora @JRMora


Anoche soñé con canelones.

Una enorme bandeja de canelones cubiertos de bechamel caliente y queso rallado.

Yo no acostumbro a comer carne. Lo más parecido a la carne que cocina mi madre son las salchichas de Frankfurt cocidas que le echa a los macarrones. A veces, también nos hace un huevo frito. Ella dice que eso depende de si mi hermana pequeña y yo nos portamos bien, pero yo creo que en realidad depende de si en casa hay aceite, que suele ser casi nunca.

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Hoy no hemos ido a clase y el director del colegio ha llamado a mi madre al móvil. Ella no lo sabe, pero he pegado la oreja a la pared de mi habitación y he escuchado lo que le decía. Que no podía llevarnos otra vez al colegio sin desayunar, que no podía consentir que mi hermana pequeña se volviera a desmayar. Después se ha puesto a llorar. Ha dicho que tenía dos niños pequeños y que nadie la estaba ayudando. Y también ha dicho “Por el amor de Dios”. Cuando dice eso, es que la cosa es seria.

Como no hemos ido a clase, nos hemos quedado en casa de la vecina María. Es que no puedo perder otro día de trabajo, le ha dicho mi madre. Que sí, mujer, que aquí estoy yo para lo que te haga falta. La vecina María es como la abuela que nunca hemos tenido. Nos da besos y achuchones a todas horas y de vez en cuando, hasta pan con chocolate. Un día subió a casa con una olla de puchero gigante y mi madre se echó a llorar desconsoladamente. La verdad es que no entendí muy bien por qué. A lo mejor es que no le gusta cómo cocina la vecina María, pensé.

Mi madre no me deja ver la tele casi nunca porque dice que gasta, pero en casa de la vecina María sí que podemos verla. Lo malo es que a ella sólo le gustan los programas de noticias y ahí siempre están hablando de lo mismo. A veces, la vecina María le habla a la tele. Le dice “¡Ladrones, más que sinvergüenzas, a la cárcel os teníais que ir todos, a pasar penas y hambre!”. Cuando hace eso me divierte un montón, aunque a la pobre se le pone una cara de angustia que no sé yo si es buena idea que me ría.

Hoy en las noticias han dicho Black Friday. Yo sé que black significa negro y friday, viernes. Me sé todos los colores y los días de la semana en inglés porque nos lo han enseñado en el colegio. De mayor quiero ser astronauta, así que voy a aprender mucho inglés para saber qué botones tendré que apretar en mi nave espacial. Se ve que hoy, como es el Black Friday, se pueden comprar muchas cosas a mitad de precio, así que cuando mi madre vuelva de trabajar le voy a decir que compre una bandeja de canelones.

Una enorme bandeja de canelones cubiertos de bechamel caliente y queso rallado.

¡Cuánto me alegro de no haber desayunado hoy!

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