En el tejado del PSOE, por Salva Solano #especialNR26J

Por Salva Solano @Vota_y_calla | Ilustración de ElKoko @Elkokoparrilla


El PSOE podría haber pactado con Podemos tras el 20D y pedido a Ciudadanos que apoyara ese pacto, pero lo hicieron al revés, ya analizamos por qué.

Lo que suceda a partir del 27J va a depender de nuevo del PSOE, y eso no es bueno. Veamos tres posibles escenarios:

SE REPITEN LOS RESULTADOS DEL 20D

Esta vez hay una diferencia respecto al 20D, y es precisamente esa: que existió el 20D, que ya estamos repitiendo elecciones. Que se vuelvan a repetir lo veo complicado, el propio Pedro Sánchez lo ha descartado. Aunque también ha asegurado que no pactará con el PP y se ha pasado la campaña despotricando contra el populismo radical, y las tres cosas no pueden ser: no a Unidos Podemos, no al PP, no a nuevas elecciones. Igual cree que va a poder gobernar sólo con Ciudadanos, o incluso que va a alcanzar la mayoría absoluta en solitario…

Y el caso es que Pedro Sánchez tendría una salida digna, como bien se ocupa de recordarle el angelito situado en su hombro izquierdo, la misma salida que debería haber tomado tras el 20D: preguntar a sus votantes con quién prefieren un pacto. Yo estoy convencido de que la gran mayoría, aún hoy, después de toda la intoxicación, prefiere a UP. Los votantes de Ciudadanos se decantan por el PP, los del PSOE por Unidos Podemos, y viceversa. Es lógico.

Iglesias Rapunzel

 

EL PSOE QUEDA POR DELANTE DE UNIDOS PODEMOS

Por su actitud, deduzco que Pedro Sánchez cuenta con la esperanza de recuperar a muchos de los votantes perdidos. Pero como los Niños Perdidos de su tocayo, esos votantes han crecido, han madurado y no van a volver a la infancia.

Sánchez confía en que su campaña centrada en atacar a Podemos le funcione y regresen al PSOE de Nunca Jamás esos millones de personas que cambiaron el rojo por el morado. Pero es muy difícil, y más ahora que IU se ha sumado a la confluencia. Presumiblemente, a pesar de las apocalípticas predicciones llamazarianas, esta nueva alianza superará los resultados que Podemos obtuvo hace seis meses.

La campaña del PSOE ha sido muy mala, casi exclusivamente a la contra, aunque su lema sea «Sí» (eslogan antiguo y manido donde los haya). Unidos Podemos, en cambio, lleva toda la campaña tendiéndole la mano al PSOE, que la rechaza como si fuera la manita pringosa de un niño que pudiera mancharle.

Pero no todo está perdido para los nostálgicos: Óscar López, el director de campaña socialista, ha dado un giro innovador, ha pergeñado una idea fresca, original…

—¿Presentar el programa como el catálogo de IKEA?

No, no, mucho mejor: han estado llamando muy fuerte por teléfono. 700.000 llamadas a domicilios de toda España para convencer a sus clientes de que no cambien de compañía. En el colmo de la inventiva, también han ido puerta por puerta en plan Socialistas de Jehová.

Por cierto: esto de austeridad no tiene nada, las llamadas cuestan una pasta, incluso si Trinidad Jiménez ha mediado para que les hagan precio.

Si el PSOE repite o mejora los resultados del 20D, parece evidente que volverá a reeditarse el pacto con Ciudadanos. La prueba es que en el debate a cuatro celebrado el 13 de junio, se diría que ambos partidos hubieran llegado a un acuerdo de no agresión, no se escuchó ni un reproche entre Sánchez y Rivera. Por el contrario, el líder del PSOE (¿lo seguirá siendo después de las elecciones?) dedicó la mayor parte de sus intervenciones a atacar a Pablo Iglesias. No al señor que tenía justo a su derecha, un tal Mariano, presidente en funciones, sino a Iglesias. Repitió como un papagayo la consigna de la pinza, insistió hasta la náusea en que PP y Podemos votaron juntos, argumento simplista y pueril donde los haya (además de PP y Podemos, votó en contra de su escuálido pacto con Ciudadanos todo el Congreso), pero válido para los hooligans del puño y la rosa. A algo tienen que agarrarse, pobrecitos míos.

Rescatará su pacto con Ciudadanos e intentará que Unidos Podemos lo apoye a cambio de nada o de alguna limosna (Ciudadanos no permitiría un gobierno proporcional con UP), con la presión añadida de la perspectiva nada agradable de una nueva cita con las urnas. Y si Podemos no se traga el sapo, ya tienen el pretexto que necesitan para la gran coalición: evitar las terceras elecciones y el consiguiente bloqueo institucional.

UNIDOS PODEMOS QUEDA POR DELANTE DEL PSOE (EL FAMOSO Y CANSINO SORPASSO)

Pedro Sánchez ha dicho que el PSOE no va a hacer presidente a Pablo Iglesias. Personalizar continuamente en el candidato de Podemos es un truco que tal vez sea efectivo como estrategia de desgaste, pero al que se le ven los hilos: Iglesias ya aceptó echarse a un lado en marzo y al PSOE tampoco le valió.

Aunque esto de las declaraciones, por desgracia, en España cuenta muy poco: cuando pactó con la derecha (así definía Sánchez a Rivera y a su partido), los mismos votantes que aplaudían el insulto alabaron el acuerdo.

La única esperanza que nos queda es que la suma de Unidos Podemos y el PSOE alcance la mayoría absoluta, termine quien termine por delante del otro. En ese caso, el PSOE tendría muy difícil oponerse al pacto natural. No pueden usar argumentos del tipo: «como tú no me apoyaste antes, ahora yo no te ajunto», sería demasiado infantil incluso para el nivel de nuestra política.

¿Y CIUDADANOS?

Hemos tenido oportunidad de comprobar que a Ciudadanos, al contrario de lo que prometieron en la campaña de diciembre, lo mismo les vale PP, que PSOE, que los dos.

Albert Rivera se comprometió en numerosas ocasiones a no pactar nunca con esos partidos, afirmaba que prefería estar en la oposición. Recuerdo a Pablo Motos preguntándole en El Hormiguero si estaba seguro de que no se iba a tener que tragar esas palabras, y Rivera «que no, que no, que no», estilo Amy Winehouse (lo digo por la canción Rehab, no por los vicios que pudiera tener la muchacha). Y sin embargo, un mes después de las elecciones firmó el anémico pacto con los socialistas. Y los votantes encantados, oiga; lo que diga el señorito.

Además de su principal objetivo, que Podemos no llegue al gobierno (por ahora, cumplido), los de Rivera sólo vetan a Rajoy, y con la boca pequeña. Lo dejó muy claro Girauta en su primera intervención en el debate a siete (20 de junio).

Hablando de eso:

DEBATE A SIETE (TVE)

En el último momento el PSOE se marcó un tanto cambiando a Antonio Hernando por Isabel Rodríguez, que fue la única mujer del debate.

Empezó el presentador diciendo que iban a pedir que los partidos aclararan su política de pactos para que los ciudadanos supiéramos qué van a hacer con nuestro voto. Que dijeran sin rodeos con quién están dispuestos a pactar y con quién no. En ese momento imaginé a la representante del PSOE tragando saliva y buscando con la mirada la salida de emergencia.

Y efectivamente, la cosa fue así:

—Si Unidos Podemos queda por delante del PSOE, como dicen las encuestas, ¿apoyarían por activa o por pasiva a este partido, o al Partido Popular?

—No podemos hablar de pactos en base a encuestas. Lo que espero es que nos voten más.

Somoano repregunta. La representante del PSOE se va por peteneras: «Les pido que voten al Partido Socialista».

—Pues nos quedamos con la duda.

—No, me parece muy clara: trabajar por resolver los problemas de la gente (?)

El presentador desistió (Ana Pastor sólo hay una). El resto de partidos sí se mojaron. El resumen de sus respuestas:

  • El PP intentará pactar con el PSOE, y si está Ciudadanos, pues bueno, la cáscara de naranja en un cóctel de ginebra azul no estorba, aunque tampoco pasa nada si la quitas. No pactará con Unidos Podemos

  • Unidos Podemos intentará pactar con el PSOE (sin Ciudadanos). No pactará con el PP

  • Ciudadanos intentará pactar con el PSOE, con el PP o con los dos. No pactará con Unidos Podemos

  • El PSOE no lo dice

Como algunos silencios atronadores, que el PSOE se niegue a hacer pública su política de pactos antes de las elecciones es muy revelador. Y no apunta nada bueno. Estoy de acuerdo con Iñaki Gabilondo, periodista nada sospechoso de ser anti-PSOE:

¿Se puede ir a votar sin saber si ese voto va a servir para una cosa o para la contraria? Pues me temo que sí se puede, aunque no se debería. Degenera, degenerando, hemos llegado al voto a ciegas a fuerza de confundir la fidelidad con la incondicionalidad (…) El PSOE nos pide el voto, pero no sabemos si ese voto puede terminar sirviendo para sostener a Rajoy o para llevar a la presidencia a Pablo Iglesias. Es el voto más ancho de la historia.

Videoblog de Iñaki Gabilondo en la SER, 20 de junio de 2016

Este silencio tiene toda la pinta de ser el heraldo que traiga malas noticias para la izquierda, y por ende, para la mayor parte de la ciudadanía. Una manera de ocultar lo que no interesa decir: la disposición a abrazarse al PP si las circunstancias así lo requieren, entendiendo «circunstancias» como que no alcancen el número de escaños necesarios para gobernar a solas con Ciudadanos.

Contradecirse no es un problema. Si finalmente el PSOE deja gobernar al PP o gobierna con ellos, los simpatizantes lo justificarán siguiendo las directrices que les den desde el partido o desde la tele. Los militantes y buena parte de los votantes tienen unas tragaderas enormes. Tal vez les valga con un cambio de líder (como si el problema del Partido Popular fuese Rajoy), tal vez tengan que recurrir a la cantinela de la viabilidad económica, la unidad de España, frenar el auge del comunismo, evitar otra repetición electoral…

Como hemos dicho, la única esperanza es que Unidos Podemos sea lo suficientemente fuerte para que el PSOE no pueda echarle la culpa de su deriva conservadora a la calculadora. ¿Lo será? No lo están poniendo fácil: al gobierno se le ha olvidado incluir papeletas de Unidos Podemos en ciertos envíos al extranjero. Estos emigrantes españoles han recibido papeletas de todos los partidos excepto (¡oh, sorpresa!) de UP, lo que a efectos prácticos les impide votar, no hay tiempo para tramitar un nuevo envío. También se han denunciado casos en los que las papeletas han llegado rotas o rajadas. Sólo las de UP, casualmente.

Qué sinvergüenzas. Como si no fuera poco con el voto rogado, que no olvidemos, fue otra componenda inmunda entre PP y PSOE destinada a convertir en una odisea imposible el voto desde el extranjero. El juego sucio tuvo mucho éxito: prácticamente han acabado con él. ¿Conseguirán frenar también el cambio hacia una democracia más participativa, la regeneración de las instituciones, la limpieza de las estructuras carcomidas por treinta y cinco años de bipartidismo? El 27J la pelota estará en el tejado del PSOE. Chutemos bien fuerte.

6 Comments

  1. Pues al final parece que Rivera y Ciudadanos, ese partido progresista, pactará con el PP. Pero no por un puñado de sillones (remake moderno para hacer una película, patente en curso) si no que lo hará por el bien de España para acabar con sus problemas de educación, economía, corrupción, etc como ha hecho en la comunidad de Madrid (risa de público de fondo)

    • Pero para que ese pacto sea viable pueden necesitar que el PSOE se abstenga, y estos han jurado y perjurado hasta la saciedad que nunca dejarán gobernar al PP, ni con Rajoy ni sin él, ni por activa ni por pasiva.

      ¿Dudas acaso de la palabra de Sánchez y los suyos? 😉

  2. Solo hay UN escenario: Gonzales JAMAS pacatara con PODEMOS por que SABE que le mandaran a prision tanto por acciones como por omisiones!
    Tanto el «Cerdito» como su «Gnomo» de confianza estan tan o mas ‘cagados’ que el resto del sequito andaluz…!
    Sugeriria a Iglesias que …¡vayamos por partes!… como diria Jack el Destripador. Ya les llegara a esos puercos su ‘san martin’…!
    Pero…dudo muy profundamente que Gonzales trague el anzuelo!
    Increiblemente …ESPAÑA…¡esta en manos de SANCHEZ!

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