El etnocentrismo occidental, hace que nos olvidemos de campos de refugiados como el de Dadaab en Kenia, Dollo Ado en Etiopía, Jabalia en Gaza, Al Zaatari en Jordania o Panian en Pakistán.
Una subsidiaria de Hyundai utilizó hasta cincuenta trabajadores migrantes menores de edad en una planta automotriz conocida por sus condiciones peligrosas, según los empleados.
La vergüenza de Libia, en la que miles de hombres y mujeres sufren un verdadero infierno, es posible gracias a esa Europa que mira a cámara y habla de derechos humanos en Ucrania, sin pestañear.
en el juego del último contra el penúltimo, resulta vital que la población española olvide completamente que hace un suspiro nosotros éramos los que dejábamos todo atrás por una guerra o por el saqueo incontrolado de nuestros recursos.