El éxito del KPÖ en Salzburgo demuestra que el justificado resentimiento de amplios sectores de la población hacia las políticas imperantes no tiene por qué desembocar necesariamente en resentimiento y reacción.
El 31 de agosto, el gobierno de Finlandia, hizo público un documento en el que equipara el comunismo con el nazismo y contempla la prohibición de los símbolos comunistas.
En Manchester se vio expuesto de forma rutinaria a las brutales maquinaciones del sistema capitalista en los barrios bajos y los establecimientos manufactureros de la ciudad.