Rusia recluye en un manicomio el jefe de la minoría tártara de Crimea

Por Jordi Vázquez i Mir @JordiVazquez


El presidente del parlamento tártaro de Crimea o Mejlis, Ilmi Umerov, ha sido encerrado en un psiquiátrico por el gobierno ruso de Vladimir Putin. Rusia se anexó Crimea, tras una operación altamente irregular, en 2014. En la península viven una mayoría rusa y ucraniana y una minoría tártara, la única autóctona de la zona y hoy reducida a un 15% de la población.
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Los tártaros constituían el 98% de la población de Crimea en el siglo XVIII. La Rusia zarista envió a colonos hasta que, en 1897 había reducido los tártaros al 35%. Aún así seguían siendo la mayoría frente al 33% de rusos y el 11% de ucranianos. La Rusia soviética de Stalin deportó la población tártara en 1944 en unos de los más genocidas procesos de limpieza étnica de la historia. Más de 100.000 tártaros/as murieron en una operación ordenada por Stalin que la propia URSS declaró crimen contra la humanidad en noviembre de 1989.
El 12 de mayo de este año, Umerov fue detenido por el gobierno «democrático» de Putin acusado de oponerse a la clausura del único canal de televisión que emitía en lengua tártara: ATR TV. Las autoridades rusas le obligaron a firmar una declaración antes de liberarlo por su lamentable estado físico. Umerov es diabético, tiene hipertensión y es enfermo de Parkinson. Después de su periodo de detención, la salud de Umerov fue empeorando.
El once de agosto un tribunal ruso le obligó a someterse a un examen psiquiátrico. Los médicos psiquiatras rusos determinaron que había que ingresar al militante tártaro en un hospital mental. La policía de Putin le recluyó en el manicomio de Simferopol el 18 de agosto. Desde entonces, su salud ha empeorado de forma difícilmente reversible. Incluso la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa han pedido su liberación pero, como es habitual, el gobierno ruso ha hecho caso omiso. Putin sigue con su política autoritaria sin recibir casi ninguna crítica internacional. Mientars Venezuela, Israel o Arabia Saudita son objeto de críticas voraces, el gigante ruso continúa a sus anchas y no solamente en Crimea. El pasado 29 de agosto el periodista Alexander Shchetinin fue encontrado con un balazo en el cráneo en Kiev tras criticar a Putin y huir de Rusia. Apenas la noticia ha transcendido pues los críticos de Putin mueren dos veces. Físicamente y asesinados por el silencio de los medios de comunicación.

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