¿Recuperación? Lo que el PP no nos cuenta

Por Roberto Santos | Ilustrado por ElKoko

Estos días que tanto se habla de Cataluña le están viniendo muy bien al Gobierno del Partido Popular para que no se hable de una serie de datos que tiran por tierra su discurso triunfal de la gran recuperación económica.

No puedo negar que el ruido cavernario surgido a raíz del referéndum catalán es absolutamente ensordecedor y que todo ello hace difícil centrar la atención en cosas que nos afectan en nuestro día a día, como la sanidad, la educación, la dependencia o el mercado laboral. Pero tampoco quiero obviar lo bien que le viene al Gobierno todo este ruido.

Por ello y porque no me gustan los ruidos cavernarios, he pensado que la mejor forma de volver está temporada a este “Rincón de Nadie” es hablando de lo que nadie está hablando, de los datos que nos avisan de que la recuperación económica es solo un espejismo o mejor dicho, que la mayoría de la población española no la está notando, ni viendo, ni oliendo siquiera.

Pero vamos con los datos, que es la mejor forma de entender y ver, que eso de la recuperación económica no es algo que podamos celebrar todavía, al menos no la mayoría de españoles y no porque no haya datos buenos, que los hay, sino porque se ha basado todo en unas políticas que han servido para favorecer la recuperación de los que más tienen, por encima y por delante de la mayoría y eso es algo que evidencian datos y estadísticas. Vayamos por partes.

Sanidad.

El Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud ha elaborado el Informe HiT 2017, un informe que describe sistemáticamente el funcionamiento de los sistemas de salud en los países, así como las iniciativas de reforma y políticas en curso o en desarrollo. Las revisiones del sistema de salud HiT cubren los países de la Región Europea de la OMS, así como algunos países de la OCDE.

Pues bien, dicho informe ha concluido que la recuperación económica brilla por su ausencia en el Sistema Nacional de Salud español. Es más dicho estudio hace hincapié en los recortes sufridos en la crisis económica, si bien es cierto que también apunta, que dichos recortes no han tenido consecuencias significativas sobre la salud de los españoles.

Según el informe, los años de crisis no solo han parado las reformas pendientes en el Sistema Nacional de Salud, sino que también ha creado un caldo de cultivo para el incremento de los usuarios descontentos con el sistema.

El informe también habla de como ha crecido la tasa de pobreza en España, que además “es más profunda” y amenaza la salud de las generaciones futuras, así como el aumento de la financiación privada del gasto sanitario, que ha supuesto un incremento del gasto en salud de los hogares. Por último, el informe ha alertado del riesgo a futuro que puede suponer la situación de pobreza y desigualdad, reflejada en el paro o la “perdida del ascensor social”, que a largo plazo puede generar consecuencias en el estado de salud de la población.

Pero vamos con más datos importantes, en la actualidad hay más de 600.000 pacientes esperando por una cirugía no urgente, con una demora media de 115 días, 26 días más que hace un año, lo que significa que las listas de espera siguen aumentando en nuestro país. Pero tranquilos porque la sanidad privada ya se ha ofrecido para solucionar este problema, que según dicen ellos pueden solucionar en cuatro meses. ¿Altruistamente? Claro que no, pero oye solo nos costaría según ellos unos 1.500 millones de euros, lo que según cálculos de la Fundación IDIS, que engloba a los más importantes hospitales y aseguradoras privadas del país, equivale al 1,5% del gasto total de la sanidad española previsto en 2017. Si con ese dinero se puede solucionar en la sanidad privada, ¿cuánto costaría solucionarlo en la pública? ¿No se podría invertir esa misma cantidad en mejorar y reforzar el Sistema Nacional de Salud lo que además revertiría en un beneficio para todos en vez de gastarlo en la privada y que vaya a los bolsillos de unos pocos? ¿Hay algún interés en presentar a la sanidad privada como la gran salvadora? Ahí lo dejo.

Por cierto, según los datos del Directorio Central de Empresas, en España hoy operan 16.040 empresas sanitarias más que hace tres años (de 131.740 a 147.780), un crecimiento nada desdeñable, que casualidad, no lo creo, ha llegado al calor de los recortes.

En cualquier caso, no todo son malas noticias y pese a los recortes, las listas de espera, la falta de personal, que ojo con esto, que igual tiene algo que ver con las listas de espera, nuestra sanidad sigue siendo una de las mejores del mundo, en concreto la octava mejor y seguimos siendo líder mundial en donaciones de órganos, por vigésimo quinto año consecutivo.

Educación.

A los profesores y profesoras de los centros educativos públicos no les ha llegado la recuperación. Los colegios e institutos de la red pública española siguen con menos docentes que cuando Mariano Rajoy llegó a la Moncloa en 2011, pese a la gran recuperación económica de la que tanto nos habla el Gobierno.

Los datos son claros, en el curso 2011-2012 había 494.515 profesores dando clases en colegios, institutos y centros de FP, según datos del Ministerio de Educación. El pasado curso la cifra se quedó en 491.895, es decir, 2.621 profesores menos que hace 6 años.

Si tenemos en cuenta que en el mismo periodo de tiempo, el número de alumnos y alumnas en colegios, institutos y centros de FP públicos, sí aumentó de 5.394.203 a 5.505.523, podemos concluir que hay menos profesores para más alumnos que hace 6 años, lo que sin duda repercute en la calidad de nuestra educación pública.

Además, los sindicatos confirman que “no se ha producido la reversión de los recortes en educación”, además aún hay medidas de austeridad de los decretos de 2012 que no se han desterrado, como el aumento de las horas lectivas a 20, cuando antes eran 18.

A esto se suman situaciones y noticias del todo llamativas, como la que hemos conocido la semana pasada en lo referente a la Comunidad de Madrid, donde cientos de alumnos y alumnas vuelven al cole entre barracones, mierda, aulas provisionales sin ventanas y obras. Lo que sin duda propicia un ambiente inmejorable para el aprendizaje, ¿no?

El gobierno capitaneado por Cristina Cifuentes, que se ha quedado sin vacaciones este verano, pero que no ha tenido tiempo de solucionar esto, permitiendo que las reformas de varios centros educativos no estén listas para el inicio del curso.

La situación en estos centros de Madrid se ha vuelto dantesca, hasta el punto de que los alumnos del colegio Constitución de 1812, en Leganés, los niños volvieron al cole con casco, como denunció Comisiones Obreras con varias imágenes.

La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA) “Giner de los Ríos” denunciaba que incluso había edificios paralizados porque las constructoras no han podido aguantar los precios de adjudicación. Ante está situación, Podemos Madrid, ha presentado en la Fiscalía Anticorrupción documentación relativa a diferentes obras en colegios que se han abandonado: “Por ello, miles de niños en la Comunidad de Madrid se tienen que realojar en otros centros”, denuncia la formación que pide a los responsables judiciales “investigar si existe un delito penal en las adjudicaciones de estas obras”.

En total, según CCOO, 19 centros de la Comunidad de Madrid, es decir, más de 1.000 alumnos, no vivirán un inicio de curso a la altura de la gran recuperación económica que se supone estamos viviendo en España. Para Ramón Espinar, secretario general de Podemos en la región, “El PP, que le perdona impuestos a los ricos en la Comunidad de Madrid todos los años, está intentando ahorrar dinero de los servicios públicos”.

Empleo.

El mes de agosto acababa arrojando el peor dato de afiliación en este mes desde 2008 y el mayor incremento del paro desde 2011. En concreto, se destruyeron 179.485 empleos y 46.400 personas fueron despedidas.

En este momento, el número de parados registrados se sitúa en 3.382.324 y el de afiliados en 18.309.844, según los datos publicados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Pues bien en el año 2007, en España el número de afiliados a la Seguridad Social superaba los 20.000.000, es decir, era superior al actual en casi 2.000.000 y el número de parados por entonces era de 1.942.000, que ya era un mal dato en ese momento y que contrasta fuertemente con el actual de 3.382.324 parados. Según el INE, el número de asalariados actual es un 11% inferior al de 2007. ¿Cómo podemos llamar recuperación a algo que todavía está muy por debajo de lo que estaba?

Pero bueno, no todo son los números y si estos no son para tirar cohetes, aunque algunos celebren estos datos, porque ciertamente han mejorado en los últimos años, lo cierto es que la calidad del empleo creado es también muy cuestionable.

Vayamos por partes, en 2012 la reforma laboral, del Partido Popular, modificó las condiciones de las tipologías de contratos, de modo que los indefinidos pasaban a tener algunas características de los temporales, como por ejemplo el periodo de prueba.

Entre los años 2006 y 2008, 12 de cada 100 contratos nuevos eran fijos, llegando algunos meses a superar el 15%. El porcentaje de contratos indefinidos en esa época llegó a alcanzar el 75%.
Con la llegada de la crisis, el porcentaje de indefinidos subió aún más, hasta casi el 80% en 2013, según datos de la EPA (Encuesta de Población Activa), pero ojo, que esto no se produjo porque se crearan muchos contratos indefinidos, sino porque los que se estaban destruyendo a toda velocidad eran los temporales.

Según datos del Ministerio de Empleo, a partir del año 2010 los nuevos contratos que se firmaron fueron mayoritariamente temporales, lo que amplió la dualidad del mercado español. A partir de ese momento, los nuevos contratos que se firmaban, menos de un 9% fueron indefinidos, es decir, la amplia mayoría fueron temporales.

Nuestro país es uno de los que tienen una mayor tasa de temporalidad dentro de la eurozona, de hecho, que uno de cada cuatro trabajadores no tenga un contrato indefinido es una anomalía que en la mayor parte de los países de nuestro entorno sería impensable.

Según datos de Eurostat del año pasado, es cierto que España ha frenado la destrucción de empleo y se han vuelto a crear puestos de trabajo, pero no es menos cierto que esta recuperación ha sido generalizada en el resto del continente y la realidad es que nuestro país sigue muy lejos del resto de países europeos.

Según Eurostat, uno de cada cuatro parados de la eurozona es español. Lo que contrasta con lo que decía Mariano Rajoy, que por cierto ya no lo ha vuelto a decir, de que uno de cada cuatro nuevos trabajos se crea en España, omitiendo además deliberadamente que es en nuestro país donde viven uno de cada cuatro parados de la Eurozona.

Además, la tasa de paro en España, esto es, el porcentaje de población que está desempleada sobre el total de personas que quieren trabajar, (población activa) es la segunda más elevada de toda la zona euro. Solo en Grecia está proporción es mayor.

Por si eso fuera poco, tenemos el problema del subempleo. ¿Qué significa esto? Que hay gente con trabajos a tiempo parcial que quisiera poder trabajar más horas, pero que ya no se cuentan como parados. Este indicador es un buen reflejo de la calidad del trabajo en un país, ya que, si muchos empleados se tienen que conformar con trabajar menos horas de las que les gustaría significa que no encuentran un trabajo mejor a tiempo completo. Y en nuestro país, un 8,1% de los trabajadores querrían trabajar más horas, pero tienen que conformarse con un subempleo. Solamente Chipre nos supera con una tasa del 9,4%.

Nuestro país, debido a la elevada estacionalidad de algunos de nuestros principales motores económicos, como por ejemplo el turismo, bate todos los récords europeos de temporalidad. Uno de cada cinco trabajadores tiene un empleo temporal, es decir, el 20,9% de los trabajadores, lo que contrasta fuertemente con la media europea situada en el 12,8% y que en países como Irlanda es solo del 6,6%.

Los datos son malos también si hablamos de parados jóvenes. De los casi tres millones de jóvenes menores de 25 años que están en el paro en la eurozona, el 22% son españoles.

Y si hablamos de salarios, la cosa tampoco mejora, en la última década han perdido dos puntos en el peso del PIB español, en beneficio de las rentas empresariales, al pasar los primeros del 49% al 47%. En tanto, las segundas han crecido del 41% al 43%, mientras los impuestos se quedan estables en un 10%.

Según la Encuesta Anual de Estructura Salarial de 2015, el salario medio bruto anual más habitual se situó en torno a los 16.500 euros, que en términos netos y dividiéndolo entre 14 pagas, una por cada mes y dos extras, da como resultado un sueldo neto inferior a los 1.000 euros.

El documento elaborado por el INE muestra que el número de personas que recibe el denominado sueldo más habitual está formado por cerca de 500.000 asalariados, y que sus nóminas están muy lejos del sueldo medio. En concreto, y tras registrar un incremento del 1,1%, el salario medio es de 23.106 euros, lo que supone una diferencia de más de 6.600 euros.

Sin embargo, si tenemos en cuenta que la hostelería es uno de los sectores que más empleos pueden crear en nuestro país, nos encontramos con que el sueldo medio es de 13.977 euros, es decir, uno de los sectores más importantes en cuanto a generación de empleo en nuestro país, presenta un salario medio casi un 40% más bajo que la media.

Actividades administrativas y servicios auxiliares, el comercio o la construcción son sectores que aglutinan también un importante número de trabajadores y que también tienen un sueldo medio inferior a la media.

Además, según datos del INE el salario medio anual femenino representó el 77% del masculino, es decir, que el sueldo de las mujeres es un 23% inferior al de los hombres.

Con todos estos datos sobre la mesa, ¿de verdad podemos hablar de recuperación en el mercado laboral? ¿Cómo esperan que vivamos con salarios en muchos casos inferiores a los 1.000 euros?

Dependencia.

Aquí nos encontramos con datos alarmantes, más si tenemos en cuenta que según el Partido Popular somos la locomotora de Europa.

Según la Asociación Estatal de directores y gerentes de Servicios Sociales, la reducción de la lista de espera en el Sistema de Atención a la Dependencia de la que tanto presume el Gobierno, no afecta a los dependientes más vulnerables. Según denuncian, en el último mes se incrementó en 1.481 la lista de espera en las personas más vulnerables que debe atender el Sistema de la Dependencia, los Grandes Dependientes y los Dependientes Severos.

En este momento, más de una tercera parte de las personas desatendidas, el 38%, son dependientes con Grado II o III, es decir, Grandes Dependientes y Dependientes Severos. Un total de 120.925 personas.

El presidente de está asociación, José Manuel Ramírez denuncia que la consecuencia más cruel del mantenimiento de las personas en lista de espera para recibir atenciones, es que muchas de ellas fallecen sin haber podido ejercer su derecho reconocido en la Ley de Dependencia. El dato es brutal, cada día fallecen 100 dependientes sin recibir prestaciones o servicios a los que tienen derecho.

Muy propio todo de un país donde su Gobierno presume de que todo va fenomenal y de ser la locomotora de Europa.

Pobreza.

El Informe sobre el Estado Social de la Nación 2017, elaborado por la Asociación de directoras y gerentes de Servicios Sociales (asociación encargada de proponer ideas y soluciones a la administración y a las empresas del sector en materia de servicios sociales) constata que la pobreza se ha instalado en la sociedad española, afectando a personas y familias que cada vez ven más difícil salir de su situación y alerta además de la dificultad de las nuevas generaciones que nacen en un ámbito empobrecido de salir de está situación a lo largo de su vida.
En concreto el informe arroja datos como que casi 700.000 hogares no tienen ningún ingreso. El paro de larga duración que afecta a casi dos millones de españoles es la expresión más evidente de esta cronificación de la pobreza.

En cuanto a la exclusión social, los autores del estudio precisan que hay que distinguirla de la pobreza, puesto que en estos momentos hay más de 8 millones de trabajadores bajo el umbral de la pobreza pero que no están excluidos.

Desigualdad.

El 1% de la población española con mayor patrimonio acaparaba en 2016 más de una cuarta parte de la riqueza del país, mientras que el 20% más pobre se quedaba con un 0,1%.

Según la Encuesta Financiera de las Familias (EFF) del Banco de España, se confirma un reforzamiento de la desigualdad en el reparto de la riqueza y es que desde 2011, solo los más ricos han incrementado su patrimonio, siendo el tramo de hogares pobres el que más ha perdido.

En España la riqueza se distribuye con mayor desigualdad que la renta. Si atendemos a los datos, resulta evidente, el 25% de los hogares más ricos, que concentran el 74% de la riqueza, se apropia del 42% de la renta anual, mientras que el 25% más pobre, cuyo patrimonio medio es negativo, obtiene un 16% de la renta del conjunto de los hogares.

Eso sí, que nadie se preocupe, porque sí podemos celebrar que el número de grandes fortunas aumentó el año pasado en España un 10% hasta contabilizar a 178.000 personas, según indica el último Informe sobre la Riqueza en El Mundo publicado por Capgemini y RBC Wealth Management. Según este documento, desde el inicio de la crisis el número de ricos en nuestro país ha aumentado en un 40%, lo que supone un incremento desde 2008, de 50.000 personas.

Este dato contrasta fuertemente con el de personas que se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social, que supera los 13 millones de personas, considerando personas en riesgo de pobreza a aquellas que viven con bajos ingresos (60% de la mediana del ingreso equivalente o por unidad de consumo, en el caso de España, esa cifra se fijó en 2015 en 8.011 euros para un adulto solo y en 16.823 euros para un hogar de dos adultos con dos menores de 14 años a su cargo), y/o sufren privación material severa (carecen de cuatro de una lista de nueve elementos, en los que se incluyen lavadora, coche, una comida de carne o pollo cada dos días, no tener retraso en los pagos…) y/o personas que viven en hogares con una intensidad de empleo muy bajo (por debajo del 20%).

En resumen, la recuperación que es verdad que existe a un nivel macroeconómico, no ha llegado a la calle, a la gran mayoría de españoles. Pero bueno, sigamos echando bilis por Venezuela, por España, o por la banderita que toque cada semana defender o atacar a capa y espada, mientras los problemas importantes, los que nos afectan como ciudadanos cada día, siguen ahí, enquistándose o agravándose.

Sigamos enfrentándonos unos a otros en vez de atender a algo tan serio como que le hemos regalado a la banca 40.078 millones de euros, que podríamos haber destinado a eliminar las listas de espera de nuestros hospitales, o a contratar más profesores para nuestra educación pública, o incluso a evitar que miles de dependientes mueran sin haber recibido nunca la ayuda que les correspondía. Así nos va.

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