Posición y Yuste | Especial Segunda República

Por Alba Martínez 

Petrer, Alicante, año 1939, finca El Poblet. Aquí se celebraron los dos últimos Consejos de Ministros del gobierno de la II República antes de aceptar la victoria del bando franquista.

El Poblet se convirtió en la residencia del Presidente, Juan Negrín, y se le dio el nombre militar de ‘Posición y Yuste’. Por esta finca pasaron personas fieles al legítimo gobierno republicano como Cisneros, el Coronel Casado, María Teresa León, Rafael Alberti o Dolores Ibárruri. Su objetivo era buscar una forma de resistir ante el avance de las tropas nacionales.

El colegio Emilio Castelar (Padre Manjón) de Elda albergó la Subsecretaría del ejército de Tierra. En Elda también se instaló el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) y “Tipografía moderna”, imprenta local, que pasó a depender de Defensa.

En la Calle Nueva, el Edificio Telégrafos fue el centro de las comunicaciones del gobierno. Desde aquí se desplazaban a Posición y Yuste a entregar los telegramas al Presidente.

¿Qué ocurrió para que se dependiera tanto de estas dos ciudades?
Tras la caída de Barcelona, Juan Negrín decide trasladarse a un lugar menos cercano al frente y mejor comunicado que Madrid, al tiempo que distribuía por lugares más seguros algunas instalaciones ministeriales y militares. El lugar elegido fue esta finca de Petrer.

La ciudad vecina, Elda, también tuvo su protagonismo ya que Negrín instaló algunos centros de decisión. Por ello algunos historiadores hablan del “Gobierno de Elda” al referirse a los días comprendidos entre el 26 de febrero y el 6 de marzo de 1936.

Elda y Petrer eran lugares seguros y así lo confirma el hecho de que nunca fuesen bombardeados durante la guerra. No solo fueron sede de la República, también se establecieron aquí industrias encargadas de fabricar material bélico y la Unión Naval del Levante de Valencia trasladó parte de sus instalaciones. Los restos hoy quedan en la denominada “Ciudad sin ley” de Petrel y en la zona de la estación eldense.
Estas dos ciudades unidas estuvieron muy comprometidas con la causa Republicana.

Pero el triste final llegó. El 28 de febrero de 1939, en una reunión en El Poblet se decidió la dimisión del Presidente de la República, Manuel Azaña, que se encontraba en el exilio. Esto se debió a la legitimidad y reconocimiento que Francia e Inglaterra le dieron al régimen de Franco.

Por esta finca pasaron personas fieles al legítimo gobierno republicano como Cisneros, el Coronel Casado, María Teresa León, Rafael Alberti o Dolores Ibárruri

El 5 de marzo de 1939 a través de Unión Radio se difundió un comunicado de un autoproclamado Consejo de Defensa que rechazaba la autoridad de Negrín y suponía un golpe de Estado. Al Presidente del Gobierno republicano sólo le quedó la opción de salir de España. Abandonó España por el aeródromo de Monóvar como así lo hicieron Dolores Ibarruri y Alberti.

Negrín llegó al aeródromo el 6 de marzo y voló a Tolousse. Casado dio un golpe contra el gobierno de Negrín. Pese a las propuestas de negociación de Casado, Franco exigió la rendición incondicional. El 28 de marzo, las tropas franquistas entraron en Madrid y el 1 de Abril de 1939 terminaba la guerra. Alicante fue la última provincia en caer bajo el bando fascista. En el Puerto de la ciudad se concentraron miles de republicanos que intentaron escapar al exilio y muchos de ellos terminaron en “Campo de Almendros” presos.

Durante muchos años El Poblet ha estado olvidado en la memoria de muchos. Hace unos meses me alegró descubrir que una de mis escritoras favoritas, Almudena Grandes,
le dedicó un artículo a la situación de esta finca y al hecho de que el actual gobierno de Petrer está haciendo todo lo posible por devolver la memoria y hacer de El Poblet bien de interés cultural, porque lo es.

Desde este lugar los últimos representantes de la II República salieron hacia el exilio, la última esperanza de la democracia española. Desde bien pequeña he escuchado a gente alardear del hecho de que Elda fue capital de España sin conocer muy bien el porqué de ello. Muchos se echarían las manos a la cabeza si supiesen que hablan de un gobierno republicano.

Es muy importante no perder la memoria, porque es lo único que nos queda. Desde esta columna hablo de la historia de mi pueblo con orgullo y citando a Miguel Hernández:

“No soy un de pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España”.

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