Opinión | Prostituyendo la Constitución y la democracia

Por Matías Furriol

Realmente el término al que me refiero en el título de este artículo, no tiene nada que ver con ese que dice: usar una cosa noble de forma deshonrosa. Porque resulta que en el tema catalán, directamente cada partido político de turno usa, manipula y, tergiversa la Constitución como le viene en gana. Cuando algo no les gusta, cuando se quedan sin argumentos fundamentados por la lógica y por el sentido común, aparece esa frase tan repetida en estos últimos días de -eso es no respetar la constitución-, eso es -anticonstitucional-.

Sé que alguno dirá que es la verdad, y está claro que no le falta razón. Pero hay que tener en cuenta que hablamos de una constitución ratificada en diciembre de 1978 (que tiene guasa que la ratificación fuera por un «referéndum»). Y que nuestros dirigentes actuales y los no tan actuales, se cierran a modificar en consenso.

Yo planteo una cosa. Si la vida en España, desde el 78 a nuestros días, sufrió una inmensa evolución en todos sus ámbitos. ¿Por qué no podemos evolucionar la constitución? Pero hablo de evolución no sólo por el asunto catalán. Hablo de hacer política, política de la de verdad. De esa donde se debate; donde se aportan ideas de mejora para el bien común, donde salen consensos a pesar de pensar de forma diferente. Porque si la política tiene un fin, es el de representar nuestra voz, no mi voz, ni la tuya, la de todas y todos los españoles.

Hoy en día, ¿alguien puede decirme quién dialoga con quién y sobre qué? Ya os lo digo yo, nadie con nadie de nada.El PP no habla con Podemos; el PSOE no habla con el PP, Podemos no habla con Ciudadanos, Ciudadanos no habla con nadie, etc… y claro, hablar con independentistas ya no sólo va  a ser anticonstitucional, es que a este ritmo va a ser “pecado” y, si me apuráis, hasta “penado” (ah no, que es verdad que ya están encarcelándolos).

Entonces, si nadie habla con nadie, si todos creen tener la verdad absoluta, si nadie piensa en ceder con sus ideales, ¿cómo van a hacer política? ¿de verdad creen que cada cual representa al resto? ¿por qué mi verdad es más verdad que la de mis vecinos, amigos, e incluso, mis enemigos? Son tantas las preguntas que seguirán en el aire pase lo que pase el 1-O con el referéndum, que creo que lo que no están valorando desde el gobierno, es que intentan apagar el fuego con gasolina.

Por otro lado aparecen los autodefinidos demócratas de pro. Si, hablo de los independentistas y del President Puigdemont. Según ellos, defienden la libertad de ejercer el derecho a voto libremente y, sería genial de ser verdad… pero resulta que no sólo no se conforman con prostituir la constitución a su antojo, también lo hacen con la democracia. Y me explico. Democracia no es ejercer el derecho a que voten lo que me da la gana a mí o a los míos; no es el saltarme la ley, no tener en cuenta a todos y cada uno de los catalanes, no significa inventarse una «chapuza de referéndum» que sabiendo que está mal planteado, sabiendo que está mal organizado, lo mantengo porque creo que así ganará lo que yo quiero.

Cabe recordar que antes del gobierno del PP los independentistas, estaban representados en el Parlament por 14 diputados, frente a los 72 actuales. Por eso no es descabellado afirmar que Rajoy y su partido, son una fábrica de independentistas

Creo que poca gente quedará ya sin haber visto retratarse al President Puigdemont ante el periodista de La Sexta Jordi Évole. Aunque para ser justos, hay que agradecer que al menos diera la cara públicamente porque nuestro presidente, el de todas y todos los españoles, una vez más da la espalda a responder ante nosotros. En la entrevista, Évole desnudó y retrató con argumentos e información, las carencias de Puigdemont y su referéndum independentista. Me parece infame la falta de sentido común, la falta de convencimiento y sensatez en las respuestas del President, a las preguntas incisivas del periodista. Pero si nos paramos a pensar que al resto de españoles, nos representa un señor como Rajoy, pues se entienden muchas cosas.

Creo que salieron muchas cosas claras de dicha entrevista, pero como puntos principales y tratando el tema que nos compete. Destacaría la falta de seriedad a la hora de hablar del referéndum del 1-O. Sólo así entendería que el abanderado del referéndum diga públicamente que sabe perfectamente que las opciones no son las más favorables; que la organización y veracidad de los datos no se pueden garantizar, pero que sigue adelante porque «es lo que toca».

-Decir que hay una campaña de votar NO que entremezcla con la dudosa seguridad de hacer cumplir con las bases mínimas de una votación sin manipulaciones, es poco menos que lamentable.

-Que no sepa responder con contundencia a unas declaraciones donde desde su partido afirman contundentemente, que los que no voten, son menos demócratas y unos súbditos del gobierno español, es terrible.

-Que fuerce a realizar el referéndum, porque como dijo en su día Artur Mas, se hará cuando nos convenga (que en estos tiempos el gobierno fabricara más independentistas que en toda la historia, digo yo que ¿igual tiene algo que ver, no?). Cabe recordar que antes del gobierno del PP los independentistas, estaban representados en el Parlament por 14 diputados, frente a los 72 actuales. Por eso no es descabellado afirmar que Rajoy y su partido, son una fábrica de independentistas, donde imponiendo y amenazando, poco o nada van a solucionar. Pero hacer el referéndum aunque sea mal y pronto, porque creo que así voy a ganar, es de una falta de ética asombrosa.

En definitiva; yo que si me considero un demócrata, que no me considero ningún súbdito de nadie, que valoro la opinión y la libertad de expresión de todos y todas, que respeto a los que no piensen como yo, aunque esté en las mismísimas antípodas de mis ideales… yo sí estoy a favor de un referéndum, pero de uno de verdad.

Para empezar tendríamos que poner en el gobierno a gente capacitada para hacer política (esto es lo mínimo indispensable), gente que sea capaz de dialogar, de consensuar y, lo más importante, que sepa trasladar nuestra voz al parlamento.

Luego previo acuerdo mayoritario, habría que actualizar la constitución, porque creo que está obsoleta y va siendo hora de darle una vuelta.

A partir de ahí y volviendo al tema en cuestión, permitiría que todas y todos los catalanes tuviera derecho a expresarse libremente sobre su independencia. Pero haciéndolo bien.

Con su campaña por el Si, pero también con su campaña por el NO. Y a partir de ahí con todas las cartas boca arriba, que cada cual pueda decidir libremente y que puedan al fin ejercer ese derecho que tanto reclaman miles de personas, que tienen los mismos derechos que tú y que yo.

Quiero dejar algo claro sobre todo esto, quizás debí hacerlo antes, pero no creí que fuera importante. Yo no quiero la independencia de los catalanes, creo firmemente que unidos somos más fuertes, creo que nos podemos complementar y crecer aún más como nación. Pero también sé respetar a quienes no piensan igual que yo y, creo que tienen derecho a decidir libremente sobre su sentir como nación.

En lo que yo no creo y jamás creeré, es en las manipulaciones partidistas (y me da igual el partido en cuestión), no creo sobre los políticos que se niegan a hacer política. Políticos que hablan de temas anticonstitucionales, pero que aún a día de hoy no han sabido explicarnos al conjunto de españoles, porque rescataron a los bancos con nuestro dinero y sin consultarlo.

No creo en quienes violan la ley a conveniencia, gente que a día de hoy debería estar entre rejas y se dedica a viajar a otros países vendiendo su buen hacer, cuando estamos dirigidos por el partido más corrupto de Europa en la actualidad.

En definitiva, gente que no me representa y que prostituye nuestra democracia y a nuestra constitución. Y que se llenan la boca hablando de sus «logros», sin mirar atrás y ver lo que nos dejamos por el camino nosotros, los que realmente estamos levantando el país de una crisis que llevamos padeciendo desde hace más de 10 años y por la que nadie fue capaz de asumir responsabilidades ni políticas, ni de ningún otro ámbito.

Para finalizar pediría a todos los que lean este u otros artículos sobre el tema, que como diría cualquier persona, sea independentista o no:

-Anem a aplicar la sensatesa i el sentit comú.

-Vamos a aplicar la sensatez y el sentido común.

Ojalá el día 1-O cada persona, sea catalana o no, sea independentista o no. Tenga la libertad de expresarse libremente sin tener que lamentar altercados provocados por el odio que intentan generar desde según que parte de nuestros gobernantes.

Recordad que ante todo; ante nuestros ideales, ante nuestros objetivos, ante nuestros intereses, ante nuestras órdenes… todos somos personas libres, de este lugar llamado mundo.

 

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