Opinión | ¿Un nuevo desengaño?

Por Víctor Chamizo

Parece ser que volvemos a navegar sobre las aguas de las vaguedades, de las indefiniciones y de la ambigüedad. Empiezo a rememorar, con cierto regusto amargo y desagradable, aquellos días del NO es NO de Sánchez y del PSOE. Ahora no es el PSOE, que, como sabemos, está dividido, aunque no sea una división al 50%. Pero vuelven a aparecer las sombras de la duda, la incertidumbre de si Pedro Sánchez incumplirá su compromiso con la militancia, y su acercamiento a las posiciones de la izquierda, ese guiño (leer “los guiños del PSOE , ¿son un tic?”) de Ábalos a Podemos en el debate de la moción de censura.

Indudablemente si vuelves a la reelección sabes a qué te vas a enfrentar y con quién te vas a enfrentar. Y sabes, si no eres absolutamente idiota, que el poder no se regala, que el poder se toma

Observo, con no poca preocupación, que Sánchez quiere atraerse a Ciudadanos, y ello me da pie a pensar que no ha entendido nada. Ciudadanos y Podemos son fuerzas irreconciliables, y debería ser irreconciliable igualmente con el PSOE, por una sencilla razón: Ciudadanos se alimenta de las mismas tesis que el PP, comparte las mismas políticas y sólo simula que se indigna con los casos de corrupción que, casi a diario, se van destapando. Cada vez que esto sucede, los representantes del partido naranja salen a decir que si aparece uno nuevo van a retirarles el apoyo. Pero el apoyo nunca lo retiran y continúan votando conjuntamente en todos los parlamentos donde el PP gobierna con su apoyo o con su abstención (o “mirar para otro lado”) Por cierto que naranjito hace tiempo que no aparece en los medios, parece que hasta en las estrategias de evasión existen similitudes con los de las gaviotas.

No me cabe duda de que Sánchez está volviendo a recibir presiones. Habría que ser tan mentecato como un 30% de nuestra ciudadanía como para no suponerlo. Lo que sucede, en estos momentos es que, a mí, al menos, no me vale, que nadie se escude en el tema de las presiones, por una razón lo suficientemente consistente: eso Sánchez lo sabía, porque ya las soportó. Indudablemente si vuelves a la reelección sabes a qué te vas a enfrentar y con quién te vas a enfrentar. Y sabes, si no eres absolutamente idiota, que el poder no se regala, que el poder se toma. O lo que es lo mismo, si Sánchez no toma el poder y se pliega a las presiones, si hace concesiones a las hienas que casi lo trituran, ni tiene proyecto político, ni futuro, ni recorrido alguno. El buenismo conduce a la catástrofe. Un nuevo juego de manos la militancia no la tolerará. Además, ya se sabe, “juego de manos, juego de villanos”

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