Opinión | La unión de la izquierda

Por Manuel Tirado

Tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE se ha abierto de nuevo el eterno debate sobre la necesidad de la unión de las fuerzas de izquierda o “progresistas” para combatir a esta derecha rancia, inmovilista y corrupta que en estos momentos gobierna nuestro país.

Entro en los bares de mi pueblo, donde las tertulias sobre política son muy habituales y no dejo de oír a los hombres más ancianos, esos que defendieron los ideales de izquierda en tiempos donde se jugaban el pellejo, esgrimir una y otra vez la necesidad de unir fuerzas, de remar todos en la misma dirección, de dejarse de “tejemanejes” y de luchas de poder y ponerse de acuerdo para tratar de dar un rumbo distinto a este país donde la corrupción es el pan de cada día en los medios de comunicación. Indignados los oigo preguntarse: “Coño, ¿Tan difícil es?”, “Joder, ¿Tan complicado es llegar a un acuerdo para acabar con la derecha?…

Como digo, estas conversaciones están ahora de rabiosa actualidad, ya que tras la victoria en las primarias del Partido Socialista de un candidato, Pedro Sánchez, que no ha parado de repetir por toda España durante su campaña la necesidad de echar a Rajoy del gobierno, es normal que la militancia socialista y la de las otras fuerzas de izquierda en este país se hayan ilusionado con la posibilidad de que el PSOE diese un giro radical en sus políticas neoliberales y el nuevo secretario general de los socialistas impulsara, o al menos intentara, un cambio de gobierno.

Unidos Podemos, que fue el partido que planteó en primer lugar una moción de censura a Rajoy, en cuanto que Sánchez salió elegido, no tardó en proponer (en un acto creo de buena voluntad y generosidad) que fuera la fuerza “progresista” más votada, el PSOE, la que encabezara dicha moción de censura.

Unidos Podemos debiera replantearse muy seriamente afrontar cualquier tipo de acuerdo con un partido que parece ser que, a pesar del supuesto giro hacia la izquierda pregonado a bombo y platillo, no viene a cambiar absolutamente nada

Pero no han tardado los nuevos mandatarios del PSOE en cambiar su discurso de la campaña electoral durante las primarias, ese que propugnaba la unión de las fuerzas de izquierda, por otro ya conocido y que nos suena a viejo. Un discurso más sosegado, contrario a la ruptura y más acorde con lo que el Partido Socialista viene haciendo en los últimos años.

De todas formas y, visto lo visto, Unidos Podemos debiera replantearse muy seriamente afrontar cualquier tipo de acuerdo con un partido que parece ser que, a pesar del supuesto giro hacia la izquierda pregonado a bombo y platillo, no viene a cambiar absolutamente nada y al parecer pretende seguir siendo esa pata que sustenta este régimen impuesto desde el 78 y que ha perpetuado a las oligarquías y los poderes fácticos que son los que realmente mueven los hilos del cotarro.

Pero volvamos a la “tan deseada” unión de la izquierda en este país. Desgraciadamente la izquierda española lleva anunciando intentos por unirse desde hace más de un siglo. Casi siempre con resultados infructuosos, o que duran poco. Tuvimos la oportunidad de oro en el 36, pero las divisiones y los distintos intereses dieron con todo al traste.

Estos días he estado leyendo Homenaje a Cataluña de George Orwell, donde se narra con mucho detalle y de manera muy crítica los acontecimientos de mayo de 1937 en Barcelona, cuando la ciudad donde con mayor entusiasmo había brotado el sentimiento revolucionario se convertía en campo de batalla entre anarquistas, trotskistas y estalinistas y que concluyó con la represión de la que fueron objeto los militantes del POUM por parte de los sectores estalinistas del gobierno republicano y la desaparición y posterior ejecución de uno de los líderes carismáticos del POUM, Andreu Nin.

Relata Orwell, que había vuelto a Barcelona de permiso del frente de Aragón, cómo mientras en la las trincheras del frente los milicianos de todos los partidos políticos y sindicatos luchaban codo con codo frente al enemigo fascista, en la retaguardia, donde no se veía la sangre y donde nadie se jugaba la vida, se libraba una batalla estúpida y sin sentido por intereses partidistas (sobre todo por parte del ansia de poder de los estalinistas), que ni siquiera los propios protagonistas entendían muy bien.

Es curioso comprobar cómo el POUM fue acusado de colaborar con el fascismo, exactamente igual que algunos ahora dicen de Unidos Podemos, al que han acusado sin pudor de ser aliados de la derecha, incluso algún que otro iluminado se ha aventurado a decir que “Podemos es un invento del PP”.

Lo triste y peligroso de esta historia es la desilusión que puede generar todo esto en la ciudadanía. Ya sabemos que en el yermo campo de la desilusión es donde suelen crecer los monstruos del fascismo

Desgraciadamente, muy poco hemos aprendido de la historia. Ahora, salvando las distancias, claro está, vuelven a ser los intereses partidistas  los que predominan frente a la lucha contra el enemigo común. Y mientras algunos son generosos y ceden en sus pretensiones, como es el caso de Unidos Podemos, otros se empeñan en seguir enrocados en sus posturas inmovilistas.

Por eso la unión de la llamada izquierda es una entelequia, un sueño romántico. Sobre todo cuando el Partido Socialista sólo ha maquillado su rostro y seguirá siendo, mal que nos pese, ese partido de régimen que no quiere cambiar absolutamente nada. La unión a cualquier precio, tampoco. Lo triste y peligroso de esta historia es la desilusión que puede generar todo esto en la ciudadanía. Ya sabemos que en el yermo campo de la desilusión es donde suelen crecer los monstruos del fascismo.

4 Comments

  1. Otra vez el PSOE sigue con el mismo fin. Seguir apoyando este sistema corrupto.
    Lo demas de explicaciones que dan de cara a la galeria son solo escusas. No quieren cambiar a ser verdaderamente de uzquierdas. Ojala los votantes les pasen factura.

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