Opinión | El infierno auténtico

Por Julio Tapia Yagües

La película «Inferno» comienza con una proclama delirante, dando a entender que sobra la mitad de la humanidad.  Después la maquillan, achacando la iniciativa a un grupo  «radical»…    Pero el mensaje ahí queda.

 De hecho,  esta película intenta crear una cortina de humo que proyecta sobre un supuesto grupo fanático lo que -en realidad- es la ideología de fondo que mueve a los lobbies, grupos financieros, armamentísticos, farmacéuticos, etc.  Para ellos, sobran cientos de millones de personas en los países del Sur, Oriente Medio, Asia, etc. Sólo les interesa robar sus recursos:  para ello promueven guerras y conflictos que refuercen a grupos violentos, convertidos en «terroristas»,  excusa perfecta para intervenir después con nuestros ejércitos «salvadores» de «pacificación».  Como ocurría en los campos de concentración nazis,  exprimen a estos trabajadores del «3er mundo» sin proporcionarles siquiera agua potable.  Pagándoles, como mucho, un euro al día… se garantiza la máxima explotación.  Se les despersonaliza y se les desviste de su propia dignidad, invisibilizando su problemática y ocultando los hilos que maneja este capitalismo desbocado.  Presentan a aquellos habitantes como salvajes o incapaces de reformular su futuro.  Cuando surge un líder que se rebela contra la esclavitud latente, negándose como Thomas Sankara a pagar la supuesta «deuda externa» a Occidente (quién debe a quién, como plantea Eloy Cuadra, un ex guardia civil apartado por disidente)… poco tarda en promoverse un golpe de estado financiado por las potencias eufemísticamente llamadas «colonialistas»,  cuando en realidad son esclavistas.

El infierno auténtico castiga las carnes sufrientes de cientos de millones de personas que mal viven entre ratas y basura,  hacinados bajo el humo pestilente de hogueras improvisadas para no desfallecer de frío

La producción audiovisual sigue generando historias sobre el «demonio nazi» (como si la forma de pisotear África hoy fuera diferente),  extraterrestres invasores…  El sistema incluso genera líderes de extrema derecha, como Donald Trump o Marine le Pen, para maquillar a otros que  aparecen como alternativa válida,  dirigentes habituales de esta economía descabellada (v. Macron) que cada día explota más a los trabajadores, sea cual sea su origen o residencia en este planeta.

El infierno auténtico castiga las carnes sufrientes de cientos de millones de personas que mal viven entre ratas y basura,  hacinados bajo el humo pestilente de hogueras improvisadas para no desfallecer de frío,  como aquellos refugiados de guerra que grabé en Giguesa (Shashemane, Etiopía) en 1992…  Los niños tosían sin parar mientras andábamos entre aquellas fogatas que  recordaban a los cuadros que representan el «Infierno» de Dante.

1 Comment

  1. Así es el ser humano, un egoísta por naturaleza, toda la historia del hombre esta escrita con sangre.
    Por un lado, tenemos efectivamente a una elite bancaria mundial, que harta de dinero, y de placeres materiales, tiene su ultimo placer en la muerte del ser humano, si el placer de matar. Esta elite, logro su inmensa fortuna, esclavizando a los ciudadanos del mundo, usando la ignorancia del ciudadano común y su astucia para hacerse de la riqueza de inmensa productividad de nuestros avances tecnologicos, mientras a los ciudadanos les deja la esclavitud de la deuda.

    Por el otro lado, tenemos al ciudadano comun que mas que no querer cambiar, le tiene miedo al cambio, para colmo es formado por un sistema educativo, que lo ha adoctrinado para que obedezca, que no piense. y se mantenga el ciclo de esclavitud.

    ¿La solucion? el cambio del sistema educativo. Ya que la verdadera revolucion, es la revolucion donde el poder no se delega con votos, sino que se asume constantemente, y eso requiere un cambio en la forma de pensar del ciudadano, un cambio del sistema educativo.

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