No todo vale ¿O sí? | Fallo de sistema

Por Filosofía Perdida @FiloPolitics

El pasado domingo, a solo siete días para que se celebren las segundas elecciones generales en seis meses, recibí un vídeo de Pedro Sánchez en que, tras saludar a unos chicos y una mujer de color, se sacudía las manos. El PP utilizó este vídeo para acusar de racista a Pedro Sánchez haciendo viral el instante, mientras el PSOE acusaba al PP y a Podemos (ya que estaban ¿por qué no atacarles una vez más?) de atacar con una bajeza tan simple a su líder, a quien mostraban en imágenes con afrodescendientes de otras ocasiones. Me recordaba a García Albiol, que no leerá este artículo porque me bloqueó en Septiembre de 2015, cuando se hacía fotos con afrodescendientes también, mientras había llevado años de gobierno populista y racista en Badalona.

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Ilustración de Javier F. Ferrero @SrPotatus

No sé si Pedro Sánchez es racista, honestamente creo que no lo es, pero no creo que sacudirse las manos cuando saludas a alguien signifique racismo, sin aclarar si esos niños venían de jugar en la tierra, o esa mujer tenía las manos manchadas. Yo sé que no soy racista, y por eso me indigna que un partido racista como el PP use algo tan simple como 20 segundos de vídeo para atacar a un oponente, mientras lleva una política xenófoba, apoya a candidatos directamente racistas, ataca a inmigrantes indefensos ahogándose en las playas de Melilla con un balance de 14 muertos, se niega a retirar las cuchillas de las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla, mantiene los Centros de Internamiento de Extranjeros (que son unas cárceles ilegales en las que recluyen a inmigrantes saltándose la legalidad europea y los derechos humanos), hace devoluciones en caliente saltándose la legalidad internacional más elemental, se niega a acoger a refugiados amparándose en la nefasta situación económica y social del país que niegan luego cuando vuelven de Bruselas, rechaza dar ayudas a países en vías de desarrollo, firma con un país como Turquía que acojan a refugiados sabiendo que se saltan los derechos humanos… ¿Sigo? ¿Para qué? Quien no se indignó con que el PP emprendiese una campaña contra Pedro Sánchez por 20 segundos, perdonará al PP todas las ilegalidades e inmoralidades que ha cometido durante todo este tiempo. Y, sin embargo, no todo vale.

Como bien sacó el PSOE, no todo vale. No vale acusar a Pedro Sánchez de racista, cuando a Zapatero le criticaron por toda su política migratoria, titulando “papeles para todos” por parte de la prensa afín a la derecha, como si ayudar a quien huye del hambre fuese una locura, y debiésemos ser tan inmorales como Fernández Díaz, que justifica palizas a inmigrantes que intentan cruzar, disparos a inmigrantes que luchan por no ahogarse, rechazar refugiados que huyen de las guerras causadas con armas “made in Spain” o practicar contra extranjeros la misma política que se practica con l@s ciudadan@s del propio país: ignorar los derechos humanos cada vez que políticamente no sean rentables o beneficiosos. No vale todo, decía, pero ya teníamos que acostumbrarnos que un partido como el PP, que no ha respetado la ley en su financiación, en su organización, en la urbanización de multitud de ayuntamientos o en la memoria histórica que debía haberse aplicado a sus ideólogos, difícilmente va a respetar la ética y la dignidad de alguien.

No todo vale, como bien señaló el PSOE, y es cierto, tampoco vale acusar a Podemos de todos los males que afectan a una formación sin credibilidad y que solo sabe apelar al pasado para pedir el voto (no a los recortes de Zapatero ni a los casos de corrupción propios, sino al pasado idealizado que siempre nos ha vendido el PSOE). Y es que, comenzando por el tema del racismo, los Centros de internamiento de extranjeros no solo los ha usado el PP, sino también el PSOE; las concertinas de Melilla no las inventó el PP, sino el PSOE y, si vamos a políticas de cohesión y búsqueda de un futuro mejor para África, fue el PSOE el que mantuvo con Marruecos un trato exquisito mientras los Derechos Humanos brillan por su ausencia en el país vecino, claro que ¿qué íbamos a esperar con Miguel Ángel Moratinos contrario a la causa saharaui al frente de una cartera de Exteriores? Pues al final, como ocurrió con EEUU, nos oponemos a la guerra en Irak, para después ir mendigando al que la causó una llamada, y permitir todos los insultos a Zapatero que están haciendo los medios de derechas, porque a EEUU no se le debe llevar la contraria, y mientras celebran que Obama venga a España a promocionar un TTIP que arruinará más si cabe a la clase trabajadora española, brindan porque Obama revisará sus bases en nuestro país y aplauden, como al final de la batalla de Cuba en 1898, que les rescaten los que les bombardearon por placer.

No todo vale, pero el PSOE lleva años haciendo valer cualquier cosa, como por ejemplo la mentira para ganar votos. Susana Díaz, en el último récord negativo que fueron las elecciones andaluzas del año pasado, donde volvió a sacar menos votos que nunca, no dudó en presumir de los logros del PSOE como la sanidad pública, algo que está muy bien, si no fuera porque ella lleva dos años seguidos a la cabeza de los gobiernos autonómicos que más la han recortado, siendo Andalucía el lugar donde menos cobran los médicos internos residentes, donde menos horas se están contratando a los médicos, donde hay ahora mismo dos hospitales sin abrir, donde se va ajustando un presupuesto mientras ella saca la bandera de lo que el PSOE hizo en 1986, cuando ella tenía 11 años.

No todo vale, no, pero el PSOE no ha dudado en hacer valer cualquier cosa para hacer campaña. No vale hacerse llamar continuamente “republicanos” pero tener un partido que ha sido la garantía de los Borbones a cualquier precio desde 1982; en la fase actual, Sánchez no solo ha homenajeado al exilio republicano de México con la enseña rojigualda, también fue a visitar como secretario general recién elegido, antes al rey que a la tumba de Pablo Iglesias Posse. No vale hacerse pasar por socialistas y obreros, mientras se tiene la mayor trama de corrupción con los EREs, dinero de obreros sin recursos a los que se les quitaron las posibilidades de progresar y prosperar. No vale echarle en cara los recortes al PP sin pedir antes perdón por haber hechos los mismos recortes (o seguir protagonizándolos, como es el caso de Susana). No vale atacar a Podemos constantemente por no formar gobierno, cuando los barones del PSOE se opusieron a un acuerdo con la formación de izquierdas, y rechazaron las continuas ofertas de Iglesias a la vez que lo culpaban (y culpan) de no firmar el acuerdo con Ciudadanos que Alejo Vidal Quadras (fundador de VOX) alabó mientras pedía al PP que lo firmase.

Tampoco vale que Ciudadanos, socio del PSOE, utilice en campaña una caricatura no ya sesgada, sino ofensiva, de un líder en un sketch que, si bien por malo posiblemente generase más risas que apoyo, bien podía haber merecido algún reproche por parte del socio y amigo PSOE que, a la hora de mostrar simpatías y apoyos, tiene más dificultades en atender las ofertas de Podemos de un gobierno de izquierdas que en atender la llamada de la “nueva derecha” y firmar las propuestas de Garicano, el economista que trabajó para FAES y nos presenta un proyecto neoliberal de país por si la precariedad que la banca nos ha impuesto desde que comenzó la estafa a la que llamaron crisis nos ha sabido a poco.

No todo vale, aunque estamos acostumbrados a que sí. Si ya tuvimos que soportar toda clase de insultos cuando gran parte de la ciudadanía salió a la calle el 15M reivindicando una economía y una política al servicio de la gente y no en su contra, desde que Podemos apareció en la esfera política, hemos visto cómo se tachaba de “frikis» y descerebrados a profesores universitarios, se insultaba a sus votantes, se compara con Hitler su ascenso en las urnas (esto último por parte de un ministro para decir que la gente se puede equivocar votando, como ya hemos aprendido al ver al PP en el gobierno), se despreciaba un programa social y se colocaba a Venezuela en el centro de la actualidad informativa, mientras España ha vendido armas a ese país, a la vez que ignoraban las noticias lo que pasaba en México, Colombia, Arabia Saudí o Marruecos, por citar solo algunos países donde nuestro jefe de estado tiene trato especial (aunque al no presentarse a elecciones, no tiene esa necesidad electoral).

No valdrá todo, pero desde que surgió Podemos ha sido necesario cambiar al secretario general del PSOE y poner a alguien desconocido incluso por su partido, en un acto de marketing desconocido hasta hoy, ha sido necesario trasladar todos los medios posibles a Venezuela, usar ETA como arma política incluso por parte del partido en que se gestó y creó el GAL, proyectar a nivel estatal a un partido catalán de derechas creado en Catalunya para coger el voto descontento del PP cuando pactaba con CiU, en otro acto de marketing en el que se ha puesto como “cambio” a una formación que se ha limitado a impedir el cambio allí donde ha sido decisiva (desde Andalucía, Murcia, Madrid, Rioja, Castilla y León) hasta unirse al PP en Valencia indignándose con que Compromís pudiera participar de un gobierno, se ha modificado la ley electoral, se ha puesto parte del aparato del estado a investigar el más mínimo resquicio de error en cualquier momento de la vida de cualquier dirigente de Podemos y, al mismo tiempo, se ha orquestado toda una prensa afín para dar todo el eco posible a cualquier información negativa que apareciese, sean denuncias que luego se archivan, declaraciones sacadas de contexto o, ayer mismo, una cena de Iglesias que, por muy cara que fuese (dicen que costó 100€) fue pagada por el bolsillo del político, ni fue con el dinero público con que sí se han pagado costosas cenas, ni fue con el dinero de un patrocinador como Santander o BBVA que también han ganado el corazón de much@s polític@s de manera igualmente ilegítima. Ninguna de todas estas cosas ha valido la pena, pero ninguna de todas esas cosas fue legítima cuando se utilizó por la derecha, fuera del color que fuera.

No todo vale, pero depende de quién sea la víctima, parecen decirnos. Yo sí creo que hay que tener ética y dignidad, no solo en campaña, sino también legislando y buscando acuerdos. No vale en campaña ir de izquierdas para hacer pactos con la derecha y sacar la sandez de “la pinza” cada vez que la verdadera izquierda no se pliega al PSOE y le obliga a corregir el rumbo de su viaje a la derecha. Espero que tod@s podamos votar a la opción que consideremos mejor, y que las mentiras solo sirvan para retratar a los mentirosos y mentirosas que las usan tomándonos por ignorantes y neci@s, porque si hay algo que realmente vale es el voto de una ciudadanía indignada pero informada, rebelde pero muy inteligente, valiente y decidida, que ha demostrado y demostrará que la unión puede más que las campañas publicitarias engañosas que solo buscan, desde la mentira, meter miedo para seguir haciendo el daño al que nos tienen demasiado acostumbrad@s.

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