La verdadera transición. Parte 3. El Candidato

Por Earl Kiji

IR A PARTE  1 – IR A PARTE 2

(Como has podido ver en las partes anteriores, utilizo este espacio para explicar que estos textos relatan hechos ficticios. Hasta ahora quería cubrirme las espaldas y advertir a un posible cuñado que se encontrara, previa alineación de los astros, ante este texto. Ahora quiero advertir al lector aliado. ESTE TEXTO ES PURA FICCIÓN y tengo que destacarlo con más contundencia después del parón navideño. Algunos de los hechos o comportamientos que he tratado de describir tenían matices que podrían interpretarse como relativamente factibles; sin embargo, el elemento que marca el carácter totalmente ilusorio de los textos es el de un rey de España preocupado por el sino de su pueblo. Tocaba aclarar que el hecho de que su figura sea transcendental para el desarrollo de estas líneas no interfiere con mi visión del personaje real, que se ha mostrado donde se le esperaba en sus últimas actuaciones.

Liberada mi inquietud, espero que seas capaz de seguir disfrutando de la fantasía).

Los minutos pasan rápido en el despacho de Zarzuela. Felipe de Borbón está quitándose un gran peso de encima, compartiendo aquello a los que llevaba tanto tiempo dando vueltas. Alberto Garzón, por su parte, comenzaba a abandonar el escepticismo con el que había partido en la declaración de intenciones del monarca.

Alberto Garzón: -¿Cuál es entonces la hoja de ruta? ¿Vas a proponer a Pablo como candidato y abocarnos a las terceras navideñas elecciones? -augura el economista.-Los medios lanzarán un órdago con la pereza tan terrible que produce una nueva campaña y volver a pasar por las urnas. Tratarán de culpar a la izquierda de tener que mezclar mesas electorales con turrones. Se intensificará la amenaza de la mayoría absoluta del PP, tratando de que se acepte como un mal necesario o una suerte de escarmiento por no haber sido capaces de construir una alternativa. Pero, ¿qué alternativa? ¿Acaso no ha quedado claro que Ciudadanos sólo hubiera apoyado cualquier forma de gobierno que nos hubiera apartado del mismo? ¿No se ha evidenciado bastante con el lanzamiento por los aires de un secretario del soE cuando al fin se atrevía a dar un paso a la izquierda? Si es así, volveremos a la calle, a dar la cara por el pueblo y a tratar de convencerlo de que debe quitarse la venda si de verdad quiere aspirar a un futuro en el que no se vea abocado a una precariedad terrible.

Felipe de Borbón: -He barajado muchos escenarios y muchos nos llevan a unas terceras elecciones. Como bien has indicado, espero que el hecho de posicionarme nos dé una pequeña posibilidad de que las familias más humildes, que continúan instalados entre la desconfianza y el miedo, terminen de abriros sus puertas. Y espero también que si lo hacen no les defraudéis- mira fijamente al político.-Tengo muchas esperanzas puestas en tu capacidad para mediar. Me sorprendió que, pese a tu edad, fueras capaz de imponerte al aparato de tu organización. Y ya me sorprendió algo menos que fueses capaz de conseguir que Podemos aceptara una coalición electoral, a pesar de los precedentes.

AG: -No fue sólo mérito mío. La mayoría sabía que para comenzar a ganarse al país se necesita Unidad Popular y nunca podría haberse conseguido sin la trayectoria de la militancia y simpatizantes de Izquierda Unida. Teníamos un millón de fieles a un proyecto y una ideología. Quizá unos cuantos se quedaran en casa por falta de tiempo para demostrar que la coalición no era una renuncia a nuestras luchas propias; pero también es enormemente probable, que fueran una fracción casi insignificante. Como hemos analizado, la mayoría de gente que no acudió a las urnas podría estar compuesta por ciudadanos con ganas de darle un aviso al sistema, pero con la desconfianza de darle el remate que necesitaba, dando la alternativa a gente sin experiencia en el gobierno.

FB: -En cualquier caso, me quedaría tranquilo viéndote con a cartera de Economía. Sé que necesitamos ese impulso y es el ámbito donde el cambio es más urgente.

AG:  -Me sigue desmontando enormemente esta reunión.

FB: -Imagínate que por tus valores republicanos decides declinar esta ronda de consulta-bromea. Ya que vamos bien de tiempo y yo he dedicado mucho a pensar en como desatascar el panorama político y cómo posicionarme comprometiendo lo menos posible la línea de acción que quiero que llevemos a cabo, ¿qué te parece si compartimos inquietudes sobre quién habría sido el mejor candidato para una alternativa de Unidos Podemos?

AG: -¿Habría? ¿Termina aquí esta entrevista con aires de esperpento al estilo de Valle-Inclán?

FB: -Mira que te cuesta abandonar el escepticismo. No te culpo. Aunque vayamos por la tercera parte- hace aquí un guiño al lector.-Digo “habría” porque tengo interés en conocer que candidatos me hubieras propuesto, para conocer tu opinión y tener un análisis más cercano, más desde dentro de la coalición. Como te digo, le llevo dando vueltas durante largo y tendido, y veo algo improbable que esta conversación me haga cambiar de opinión con respecto a quien ya me he planteado. Te adelanto que, he visto el riesgo de intentarlo con Pablo, que probablemente lo merece por liderar vuestro espacio; pero tú mismo me has confirmado antes las dificultades a las que nos enfrentaríamos para tratar de convencer al soE y al resto de diputados de los que necesitaríais un voto de investidura.

AG: -No puedo anticiparte los movimientos que pueda haber en Podemos si propones un candidato diferente. En cualquier caso, mañana has de reunirte con él y podrás exponerle todas estas ideas. Desde nuestra organización, si consideramos lógica la propuesta, haremos lo posible por desbloquearla.

FB: -Tú lo conoces mejor, pero estoy seguro de que Pablo sabrá valorar las consecuencias de presentar un candidato alternativo. Por buenos que os reconozcáis, no estáis en política para alimentar vuestro ego, como se puede escuchar y leer por ahí.

AG: -De eso no debe caberte duda.

FB: -Verte pasar de “candidato al gobierno” a quinto de la lista por Madrid me hace confiar en lo que estás dispuesto a dar por llegar a una situación mejor para el país- vuelve a mostrar un gesto serio que denota reconocimiento- En todo caso, ¿me harías el ranking en escala de probabilidad ascendente de posibles candidatos?

AG: -Antes de nada, para que no se especule con mi ego, me descarto. Ya me has manifestado tu deseo de verme con la cartera de economía. Soy realista al decir que como  candidato por Izquierda Unida lo tenía muy complicado para acceder a una hipotética presidencia e, incluso en esta tesitura, creo que sería más productivo centrar mis esfuerzos en el aspecto para el que más me he podido preparar académicamente. Me quedo tranquilo sabiendo que, tanto quien lidere el gobierno como de quienes se rodee, van a estar preparados y a la altura de las circunstancias.

FB: – Eras un candidato real. Durante muchos meses el político mejor valorado por el pueblo. Pero ya sabes, a la hora de la verdad no se contaba con vosotros. Considerarte era fácil y, aunque tener un candidato que no fuera necesariamente de Podemos podía darnos una alternativa mayor con el PsoE, la opinión pública iba a sacar el comunismo a la palestra con toda la artillería de desprestigio- se miran, asintiendo.

AG: -La otra figura alternativa interesante, teniendo en cuenta que no ibas a ser tan transgresor como para contar con personajes que no tengan escaño, como podría ser el caso de Colau, es Domènech. Es de la marea Catalana, no estrictamente Podemos y podría ser un gesto para tratar de sentar los cimientos para la búsqueda del acercamiento de Cataluña a un estado federal español. Sin embargo, ponerlo justamente al frente de un gobierno sometido a examen constante, podría ser contraproducente para la búsqueda de ambas soluciones, la del bloqueo y la de la soberanía.

FB: -Exacto. Has captado bastante la esencia de mis dudas.

AG: -Eso nos lleva a Podemos. Candidatos con talante para ponerse al frente, por delante de Pablo, quedan pocos. Mayoral sería un buen candidato, pero le falta “caché” de cara al ciudadano. La otra gran apuesta podría ser Bescansa. Proponer una presidenta podría ser una razón de peso para que el cambio fuera más efectivo de cara al ciudadano. Las ideas defendidas y el trabajo realizado serían los mismos, pero la figura de una presidenta nos podría dar un importante respaldo social y podríamos asaltar la opinión pública con tu apoyo y el reconocimiento a la figura de la mujer. Si dejamos atrás algunos vicios como el heteropatriarcado, el cambio no será un espejismo, sino que podría asentarse con mayor solidez en la conciencia del pueblo.

FB: -Estoy bastante de acuerdo y, efectivamente, la he tenido presente hasta el último instante.

AG: -Eso quiere decir que tu candidato será Errejón.

IR A PARTE 4

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.