La UEFA expulsa a Italia por alineación indebida

Por Luis Aneiros @BezerradasN | Ilustración de Iñaki y Frenchy @inakiyfrenchy76

Y ahora que ya tengo tu atención, permíteme una pequeña reflexión sobre lo acontecido el domingo y el resultado de las elecciones generales…

El ganador de las elecciones generales del 26 de junio de 2016 ha sido Francisco Franco. Y tranquilo, no voy a empezar ahora con acusaciones de franquistas, fascistas, neonazis, etc . etc., contra nadie. No se trata de eso. Se trata de reconocer el triunfo del dictador cuando dejó dicho aquello de “todo ha quedado atado y bien atado” en su discurso navideño de 1969. El domingo los españoles eligieron abiertamente, por fin, el tipo de sociedad y de relación con el poder que quieren tener. Y esa relación se basa en el reconocimiento implícito de que los que mandan saben y hay que dejarles hacerlo tranquilos.

La estrategia del PP de infundir miedo por la llegada de los comunistas ha sido importante, pero no decisiva, a la hora de decidir el voto por parte de muchos ciudadanos que siempre han visto en el bipartidismo el sistema más cómodo. El miedo de muchos votantes ha sido a la implicación de la sociedad en el gobierno. Devolver las instituciones a la gente es un hermoso concepto (¿alguna vez las instituciones fueron de la gente?) pero asusta cuando se lo planteamos a una nación que ha pasado hambre tan sólo hace setenta años, y que ha visto como esa hambre desaparecía gracias a los militares, a la iglesia católica, a los alcaldes… y a su gobierno, a su jefe del estado… Los españoles llevan en su ADN el convencimiento de que, para saber gobernar, hace falta ser mayor y de derechas. Sólo Felipe González se pudo aprovechar de un ansia de libertad que abrió la puerta temporalmente a la juventud, pero tan sólo cuatro años después, con 44 años, ya lucía unas canas inverosímiles, pero que le daban ese aire “maduro” y conservador que se le supone a un gobernante. Le sucedería un Aznar que, a pesar de tener 43 años, ya disponía de una imagen más tradicional, y que, además, aparecía con las bendiciones de Manuel Fraga, adalid de lo más arraigado de nuestra España una, grande y libre.13413694_637794909704346_5054185131293314838_n

Pero España cambia. España evoluciona y sus jóvenes ya no son los de 1982. Los viejos modelos no les representan ni ofrecen las soluciones a los problemas que les presenta el futuro. Y de ese hervidero nace una nueva formación, un nuevo espíritu y nuevos planteamientos de sociedad. Y no tarda en contar con los apoyos que nadie esperaba, que le permiten convertirse en una seria alternativa cara a formar gobierno. Pero… ¿devolver las instituciones a los ciudadanos? ¿Preguntarnos a la hora de tomar las decisiones más importantes? ¿Responsabilizarnos de la marcha del país y de la evolución de la sociedad? Eso es mucho más de lo que están dispuestos a soportar los españoles que tienen en ser funcionarios su meta más ambiciosa. Los españoles que se hipotecan para dejar algo a sus hijos no quieren  que esos mismos hijos puedan decidir nada… Porque entonces, ¿para qué queremos al gobierno? ¿Quiénes son esos chavales “sin experiencia” que llevan coleta o rastas, y que hablan de transparencia y de puertas abiertas para la gente? ¿Los mismos que, desde sus alcaldías, se alejan de lo religioso y de lo militar, rompiendo así con alguna de las más inevitables tradiciones de nuestra vida social?

Pues no. Ante esa posibilidad, nos arrimamos a los que no apoyan referéndums, a los que se ponen peineta y llevan obispos y coroneles a sus actos oficiales, a los que nos prometen que ellos se encargan y, lo que es más importante, a los que sacan provecho personal de sus puestos, algo muy español, y muy entendible porque “los políticos tienen que ganar mucho para poder dedicarse a eso”. En España la corrupción política es la consecuencia lógica de la política misma, y el peso del urbanismo en nuestra economía ha hecho que el tráfico de maletines en los despachos de algunos concejales fuera no sólo normal, sino deseable.

Y cuando Rajoy y Sánchez tildan a Unidos Podemos de experimento o de populismo, lo que están haciendo es guiar a los votantes a lo que siempre debió de haber sido para ellos: bipartidismo y alejamiento de la política del pueblo. En una palabra, garantizarnos la tranquilidad y la comodidad que estuvimos a punto de perder. Volver a un sistema que nos da hechos los problemas y las soluciones. Nosotros, mientras, sólo podemos sufrir las consecuencias de sus errores y disfrutar sus aciertos. Nada más. Bueno, ver fútbol, toros y generosos escotes en la televisión.

Y quiero terminar con un breve pensamiento sobre otro aspecto de estas elecciones. Hablar de victoria en el caso del PP es lo normal, los resultados así lo dicen. Pero hablar de que sólo ha sido derrotado Pablo Iglesias es una burla a la inteligencia. El PSOE y Ciudadanos hablan de victorias por no haber perdido más. A ver… los dos han bajado en votos y en escaños. El caso del PSOE es especialmente tragicómico, ya que está eufórico por haber obtenido los peores resultados de su ya larga historia. Y Ciudadanos sabe que su futuro es la desaparición más o menos paulatina, pero inevitable, salvo que el PP cometa algún error monumental que desencante a sus votantes más jóvenes, cosa posible pero poco probable. Mientras, Podemos pierde votos, pero mantiene un papel como aglutinador de la izquierda menos acomodada, que sin duda lo asumirá como instrumento de ese cambio inevitable si España quiere subsistir en Europa y en el mundo. Corregir algunos errores es muy necesario, pero la coalición con IU ha sido un primer paso para perfilarse como la única izquierda verdadera, vista la deriva del PSOE hacia un centro casi derecha.

¿Nuevas elecciones en enero? ¿Una legislatura sin duda muy corta y que pondrá a prueba la paciencia y la madurez del electorado español y de nuestros dirigentes políticos? En cualquier caso, una nueva situación de la que sólo saldremos cogiendo nuestro futuro con nuestras manos, y no esperando a que nos lo traigan a casa.

3 Comments

Responder a anonimo Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.