La que se avecina con el TTIP

Por Miguel Carranza Guash @MiguelCarranz10

Aunque parezca lejano, la globalización ha hecho que fenómenos que suenan a tercer mundo, o a países en vías de desarrollo, traslada los problemas que ahí acaecen y rodean a Europa como tiburones a los bañistas de las costas de Sudáfrica.

El imperio yanqui, en plena decadencia, se encuentra luchando con todos sus medios por permanecer en la cúspide de la pirámide del poder, o la hegemonía mundial, y con ello, arrastrar a todos sus “socios” al plano del tercer mundo, la desigualdad, la pobreza y, si se puede, el deterioro aún mayor del medio ambiente.

A qué se debe este sermón, dirá el lector, el motivo no es otro que el famoso TTIP, aquellas siglas que casi todo español ha escuchado más sin embargo desconoce, suena a algo lejano y que se negocia estrictamente en Bruselas, a mi pesar, creo que ya es tarde para levantar las conciencias ciudadanas, y encima… ¡ya es verano!

El TTIP es un pariente del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) o NAFTA como lo denominan los medios europeos y que, con la desconfianza típica del ciudadano del Siglo XXI a mí parecer lo hacen con el fin de que nadie pueda descifrar dichas siglas, que en inglés – que siempre suena más bonito – significan North American Free Trade Agreement.

Como decía, el TTIP es un pariente del TLCAN, a tal grado que, en páginas oficiales podemos apreciar las similitudes en sus puntos programáticos principales que son:
-La eliminación de aranceles
-La aplicación normativa para la eficiente circulación de bienes y capitales
Estos dos puntos, que pueden los lectores consultar en: http://www.tlcan.com.mx/-QUE-ES- y https://ustr.gov/ttip Se encuentran en páginas oficiales de los gobiernos de México y Estados Unidos de América respectivamente y que dejan patente la similitud entre dichos “Tratados”.

Pero, ¿qué ha ocurrido en México?, México es el eterno “Gigante dormido de Latinoamérica”, eterno, porque lleva aproximadamente un siglo en vías de desarrollo, desarrollo que no alcanza, y que de hecho dejó de encontrarse en desarrollo tras la firma del TLCAN, Tratado que ha supuesto en primer lugar, la extinción del ya decadente Estado del Bienestar mexicano, – esto significaría la desaparición de uno de los principales bienes de que goza la ciudadanía española – pues estos tratados lo que se proponen es acabar con la labor del Estado en los asuntos sociales para que pase a manos de los mercados “más eficientes”.

En este sentido, este artículo pretende llegar a la conciencia ciudadana, y no sólo mencionando o destacando el pobre crecimiento del PIB mexicano desde la firma de ese tratado, sino recordando la imposición de los recortes y las diversas reformas que se impusieron hace unos años. Recortes y reformas que comenzaron con Zapatero (PSOE) y continuaron con Rajoy (PP), recortes y reformas que hicieron que la gente se indignara y saliese a las calles de toda España. Recortes y reformas que generaron el nacimiento del 15-M y que, para desgracia de todos no fueron reversibles, aunque lo que generaron sería la herramienta política necesaria para combatir esas medidas que acaban con el Estado de Bienestar que conocemos.

La firma del TTIP es un atraso, un atraso hacia los poderes oligárquicos que terminan en una mayor desigualdad, en una creciente exclusión social y por ende en la extinción del Estado de Bienestar, Estado de Bienestar que es una fortuna de la que podemos gozar todos los españoles y que puede menguar drásticamente con la firma o imposición de este tratado, del TTIP, un Tratado que me recuerda a esos años de retroceso con recortes y reformas, por ello pregunto al lector ¿si nos han afectado ya con las reformas estructurales y recortes, qué nos queda por perder tras la imposición de este TTIP?

Podemos perder mucho, y el desconocimiento de la ciudadanía, y la ocultación de los gobiernos fratricidas pueden condenar nuestro bienestar, y con ello nuestras libertades, nos encontraremos ante un panorama en el que Starbucks tendrá más privilegios que los ciudadanos, un panorama en el que Ronald McDonald se ría, ya no con tus niños, sino de ellos, mientras miran por las ventanas deseosos un Sundae que antes costaba 1 Euro, y el resto engordando con alimentos prohibidos, e incluso consumiendo hortalizas sembradas en los vastos campos estadounidenses llevando a la quiebra a los agricultores europeos, tal como está pasando en el “Gigante dormido de Latinoamérica”, donde la sanidad pública es un servicio hecho para “los pobres” donde la calidad y el servicio brillan por su ausencia y que se traduce en que, entre otras cosas, las mujeres den a luz a sus niños en las entradas de los hospitales, sin una atención médica digna de una nueva vida, una educación que condena a la juventud al servicio de las grandes multinacionales instaladas en la región, en búsqueda de mano de obra barata, explotación…

Hoy en las torres KYO activistas de Greenpeace ya arriesgaron su libertad para concienzar a la ciudadanía al respecto, y es que, el TTIP no solo afectará a la economía, y por ende al Estado de Bienestar y a los Agricultores, también perjudicará al medio ambiente, el TTIP es una amenaza hacia nuestras futuras generaciones, una amenaza a nuestras libertades, una amenaza al estatus de ciudadano para volver a ser súbditos, donde sólo aquellos con más ingresos puedan aspirar a ser alguien en la vida.

Esta situación, irreversible como los recortes en su momento – pues ya estaban pactados y/o firmados – llevará de nuevo a la salida a las calles, llevará de nuevo a más indignación, indignación que debería pronunciarse mientras vemos día tras día que líderes políticos de uno y otro color se llevan su dinero a Panamá, a paraísos fiscales, dejando cada vez más en una situación precaria y de déficit a nuestro Estado del Bienestar, y, para colmo, mientras se llevan su dinero (ganado con nuestros impuestos) firman un tratado en el que dejarán en pelotas a la ciudadanía, por no decir otra cosa.

Di NO TTIP, di no a la extinción de tus derechos, di sí a la Constitución Europea y el respeto a la misma, di NO a la continuidad hegemónica de Estados Unidos de América.

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