Economía | La crisis del Banco Popular y el futuro de la Banca

Por Joan Ramon Sanchis Palacio

El Banco Popular se hunde. El sexto banco de mayor tamaño de España con casi 150 mil millones de euros de activos totales y 4 mil millones de capitalización bursátil, según datos correspondientes a diciembre de 2016, está a punto de entrar en bancarrota. De nada ha servido su fusión con el Banco Pastor y el fuerte proceso de capitalización que ha tenido que seguir durante estos años de crisis financiera. Los clientes del banco están abandonando masivamente la entidad: en enero de 2017 hubo una fuga de depósitos de más de 6 mil millones de euros; lo que ha obligado a su Presidente a anunciar su venta urgente. Cualquiera de los 5 primeros grandes bancos españoles en la actualidad puede optar a su compra, aunque los candidatos más aventajados son los dos de mayor dimensión, Santander y BBVA. Con ello, el proceso de concentración del sector bancario continúa su marcha a pasos agigantados, de manera que la posibilidad de convertir este sector en un oligopolio, con el consiguiente perjuicio para los consumidores, es cada vez mayor.

La noticia demuestra que la crisis de las cajas de ahorros no era tal, sino que estamos ante una crisis estructural y profunda del conjunto del sector bancario español. Los economistas neoliberales que apuntaban al modelo de cajas de ahorros, fuertemente politizado, como un modelo caduco y sin perspectivas de futuro, deberían revisar sus planteamientos y reconocer que el problema de las crisis financiera en España no es un problema, almenos exclusivo, de unas entidades que funcionaban como bancos públicos, aunque realmente no lo eran. Estamos ante un problema de mucho mayor calado, de mayor profundidad, que afecta al conjunto del sector, incluidos los bancos privados sociedades anónimas. Y lo que es más importante, un problema que no se va a resolver con un aumento del tamaño de los bancos, como señalan estos mismos economistas neoliberales y como están apuntando desde el Ministerio de Economía y desde la Unión Europea al apostar por medidas que persiguen un aumento de la capitalización de estas entidades. Ni es un tema exclusivamente de politización y carácter público ni la solución está en la dimensión; dos argumentaciones neoliberales que quedan en entredicho con la quiebra del Banco Popular y que, por tanto, se demuestra que son dos falacias del neoliberalismo imperante que deberíamos descartar ya.

Pero hagamos un pequeño repaso histórico para demostrar que los bancos también lloran. Durante la década de los años noventa, dos grandes bancos privados fueron los que tuvieron serios problemas financieros, Banesto y el Banco Central Hispano. El Central Hispano se constituyó mediante una operación de fusión entre el Banco Central (de Alfonso Escámez) y el Banco Hispanoamericano (de José María Amusátegui) en 1992, pasando a convertirse en el banco de mayor tamaño de España, por encima del BBVA. Tras la fusión, se tuvo que realizar una fuerte reestructuración organizativa y un saneamiento financiero, pues el nuevo banco heredaba una situación financiera delicada procedente de la cartera de negocios en la que había estado invirtiendo el Banco Central. Tuvieron que abandonar bancos y otras empresas en las que habían invertido durante años anteriores, hasta que a principios de 1999 se fusionó con el Santander (de Emilio Botín). El mismo Santander tuvo que comprar el 89,72% del capital del Banco Español de Crédito (Banesto), banco que finalmente absorbió en 2013 por un valor de compra de 313 mil millones de euros. El caso de Banesto es un caso digno de análisis que demuestra los fallos de la banca privada. A principios de los años noventa, Banesto se vio afectado por una fuerte descapitalización y unas tasas elevadas de morosidad, que obligaron al Banco de España a su intervención en diciembre de 1993. En aquel momento, Banesto era una de las cinco entidades de mayor dimensión en España con más de 7 millones de clientes, medio millón de accionistas, 15 mil trabajadores y 50 empresas vinculadas. El caso Banesto demostró ser una trama de corrupción liderada por su entonces Presidente Mario Conde, el cual fue sentenciado por los delitos de estafa y apropiación indebida y condenado a 20 años de cárcel. La causa de la quiebra del banco fue una expansión descontrolada de los créditos (exactamente igual a lo sucedido en las cajas de ahorros durante esta última década), lo que lo llevó a un desfase patrimonial de más de 3 mil millones de euros. En la época en que quebró Banesto, España se encontraba sumido en una fuerte crisis económica con unas tasas de paro que llegaron a alcanzar el 24% de la población activa, una deuda pública de cerca de 30 billones de pesetas (hasta llegar al 68% del PIB) y un déficit público superior al 7% del PIB.

Los bancos españoles están superando los famosos “test de estrés” de la Unión Europea haciendo trampas

Si nos alejamos aún más en la historia y nos retrotaemos a los años ochenta, nos encontramos con otra crisis financiera que afectó a un número considerable de entidades bancarias dentro del contexto de una crisis económica generalizada caracterizada por una fuerte inflación y elevadas tasas de desempleo. Pero además, los años ochenta del Siglo XX en España fueron los años de los 7 grandes bancos, que todos los meses se reunían en torno a una comida con el Gobernador del Banco de España para repartirse el mercado bancario. Era la época del conocido Statu Quo bancario. A principios de esta década, fueron 51 los bancos afectados por problemas de alta morosidad y de insolvencia (una vez más), ninguno de ellos cajas de ahorros. Aquella etapa finalizó con la desaparición de la banca pública española, tras la fusión de las entidades de crédito oficial en Argentaria, su privatización y posterior fusión con el BBV. De aquella etapa destaca la crisis de Banca Catalana, banco vinculado a la família Pujol, que fue adquirida por el Banco de Vizcaya en 1984, después de ser traspado a un consorcio de grandes bancos. Dentro del grupo se encontraban otros bancos como el Banco Industrial del Mediterráneo, el Banco de Barcelona y el Banco Industrial de Cataluña. El caso Banca Catalan fue otro caso de corrupción bancaria vinculado a la corrupción urbanística y política.

En definitiva, la historia financiera española está repleta de casos de crisis y de intervenciones de bancos privados, en su mayoría como consecuencia de una mala gestión del riesgo, que provoca elevadas tasas de morosidad y problemas claros de insolvencia. Entre los casos más destacados se encuentran: Eurobank del Mediterráneo intervenido en 2003 con un coste de saneamiento de 79,7 millones de euros, Banco Credipás en 1996 con 9,3 millones de euros de saneamiento, Banesto en 1993 con 1.168 millones de euros de saneamiento, Banco Europeo de Finanzas en 1991 con 1,3 millones de euros de saneamiento, Bank of Credit and Commerce en 1991 con 26,2 millones de euros de saneamiento, Banco Urquijo Unión en 1985 con 232,5 millones de euros de saneamiento, Banco de Crédito e Inversiones en 1983 con 60,6 millones de euros de saneamiento, Banco de Cataluña en 1982 con 502,4 millones de saneamiento, Banco de Levante en 1982 con 148,2 milllones de euros de saneamiento, Banco Unión en 1982 con 101,8 millones de saneamiento, Banco de Préstamo y Ahorro en 1982 con 44,5 millones de euros de saneamiento, Banca Más Sardà en 1982 con 31,4 millones de euros de saneamiento, Banco de Alicante en 1982 con 7,6 millones de euros de saneamiento, Banco de los Pirineos en 1981 con 15,7 millones de euros de saneamiento, Banco Occidental en 1981 con 145,9 millones de euros de saneamiento, Banco de Descuento en 1981 con 90,1 millones de euros de saneamiento, Banco Catalán de Desarrollo en 1980 96,2 millones de euros de saneamiento, Banco Industrial del Mediterráneo en 1980 con 42,1 millones de euros de saneamiento, Banco Promoción de Negocios en 1980 con 28,1 millones de euros de saneamiento, Banca López Quesada en 1980 con 22,6 millones de euros de saneamiento, Banco de Asturias en 1980 con 5,8 millones de euros de saneamiento, Banco de Granada en 1979 con 58,4 millones de euros de saneamiento, Banco de Valladolid en 1978 con 100,5 millones de euros de saneamiento, Banco Meridional en 1978 con 52,3 millones de euros de saneamiento, Banco de Navarra en 1978 con 13 millones de euros de saneamiento y Banco Cantábrico en 1978 con 12 millones de euros de saneamiento. La lista es larga y cansina pero necesaria para demostrar que han sido muchos los bancos privados que han quebrado y que han tenido que ser saneados con dinero público. No es, por tanto, un problema exclusivo de las cajas de ahorros, como pretenden hacernos creer los defensores a ultranza (“teóricos”, diría yo) de la iniciativa privada.

La crisis de las cajas de ahorros no era tal, sino que estamos ante una crisis estructural y profunda del conjunto del sector bancario español

Alguno puede tener la tentación de llegar a la conclusión de que como la banca privada ya fue saneada durante los años ochenta y noventa del Siglo XX, ésta es ya un tipo de entidad financiera fuerte y sólida y que ya no puede tener más episodios de crisis. El caso actual del Banco Popular desmonta totalmente esta posible argumentación. La banca privada española sigue teniendo los mismo problemas que ha tenido siempre: una deficiente gestión del riesgo y unos comportamientos económicos especulativos y oportunistas que la ponen en peligro de manera constante. Porque el problema de la banca española, insistimos en ello, no es un problema de dimensión como nos intentan hacer creer, sino un problema de gobernanza, un problema de falta de buen gobierno. Y sobre esto no se están tomando ningún tipo de medidas. Por los que los problemas de la banca española se van a seguir produciendo en un futuro próximo. Ahora es el Banco Popular; quien sabe cuál será el próximo. Y ahora ya no les podemos “echar la culpa” a las cajas de ahorros, porque éstas ya no existen; las han transformado en bancos privados.

Porque de hecho, y volviendo a los momentos actuales, los bancos privados españoles están recibiendo cuantiosas ayudas económicas del Estado, de manera encubierta, lo cual es aún más grave. Ya he comentado en más de una ocasión el tema de los créditos fiscales, que no son más que la condonación a los bancos, de los impuestos que deberían pagar al Estado por los beneficios económicos que obtienen. Los bancos privados españoles, en estos momentos, no están pagando impuestos por los beneficios que consiguen. Pero además, los créditos fiscales se han utilizado por parte de los bancos y del Gobierno español para cumplir la regulación de solvencia financiera impuesta por la Unión Europea. Es decir, los bancos españoles están superando los famosos “test de estrés” de la Unión Europea haciendo trampas. En el año 2012, el Gobierno español avaló al sistema bancario con 40 mil millones de euros. Esto es realmente preocupante, además de abusivo y engañoso.

¿Cuándo dejarán los bancos privados de capitalizarse y de mantenerse con el dinero público?. ¿Qué argumento dan los neoliberales a este tipo de prácticas?. ¿Cómo es posible que sea el Estado el que esté manteniendo a la banca privada dentro de un sistema económico capitalista de libre mercado?. Todos estos interrogantes son pertinentes y en ningún caso podemos dejarlos sin respuesta. La banca privada tiene un enorme poder económico y político en nuestro país, que la convierte en un entramado financiero financiado por el Estado pero que a la vez acumula suculentos beneficios económicos que acaban en manos de banqueros adinerados a través de sueldos e indemnizaciones millonarias. Los banqueros españoles son los mejor remunerados de toda la Unión Europea mientras la mayoría de los españoles padecen penurias económicas. Este sistema es insostenible a largo plazo. Es el momento de un verdadero cambio del sistema financiero español con la implantación de medidas de calado que sirvan para resolver los problemas de fondo de la banca española, su mala gobernanza.

8 Comments

  1. Interesantísimo artículo, del que recomiendo fehacientemente su lectura. Me surgen varias cuestiones, a ver si me las puede resolver:¿ Los euros que costó el rescate de todos esos bancos están actualizados? Si las cajas de Ahorro son entidades semipúblicas, ¿ Dónde se recoge esta clasificación? y respecto a su desprofesionalización y aumento de control político ¿ Se da en base a alguna normativa? ¿ Cuál? Respecto al Banco Popular, dado el desplome del valor de sus acciones, ( y contando con un probable rescate estatal si hiciese falta, aunque sea por no discriminación) , ¿ Podría ser una buena oportunidad para invertir en sus acciones, que cuando fuese rescatado, volverían a subir en un plazo medio de tiempo, o lo que podría suceder con una bancarrota es que hubiese una quita a esas acciones, con lo que sería un negocio ruinoso?. Un saludo.

    • Gracias Carlos por tus comentarios. Los datos que se ofrecen sobre los saneamientos de los diferentes bancos a lo largo de varias décadas se refieren a valores constantes, es decir, al valor del euro en el momento del saneamiento. Las cajas de ahorros eran entidades privadas, la mayoría de ellas en forma de fundaciones, pero con una peculiaridad: la participación de los partidos políticos en su órgano máximo de representación. El aumento del control político se produjo a nivel autonómico a principios-mediados de los noventa. En la C. Valenciana, por ejemplo, la llegada del PP al gobierno autonómico supuso la modificación de la ley de órganos rectores de las cajas de ahorros, en la que se estableció que la representación de los políticos pasaba del 30% al 60% (el doble). Algo similar pasó en Madrid. La desprofesionalización no se reguló; fueron decisiones políticas que se fueron tomando con el fin de hundir las cajas. Respecto a la última pregunta que haces, a mi no me gusta especular con las operaciones financieras y de Bolsa. Lo que te puedo decir es que en estos momentos la presidencia del Banco Popular está intentando vender el banco, para lo cual han contratado a JP Morgan. Si finalmente alguno de los grandes bancos españoles (Santander, BBVA, Bankia, Caixabank) compra el Banco Popular, se habrá resuelto el tema. Pero si no hay ningún comprador, le surgirá el problema al Banco de España y ya veremos lo que pasa, pero puede haber un nuevo rescate.

  2. El título es irónico y recomiendo la lectura del artículo. Porque efectivamente, cuando digo que los bancos también lloran me estoy refiriendo a que también tienen crisis y se les acaba rescatando con dinero público, socializando pérdidas, igual que se ha hecho con las cajas de ahorros. Porque insisto en que las cajas de ahorros no eran públicas; qué manía con decir que eran públicas. Y las cajas de ahorros funcionaron muy bien durante la mayor parte de su historia, concretamente mientras tuvieron una gestión profesionalizada, a pesar de la participación de los políticos. El problema comenzó a mediados de los años ochenta cuando por una parte se duplicó la participación de los políticos, pero sobre todo, se cambió la gestión profesionalizada por una gestión dominada y controlada por exaltos cargos políticos. Y todo el proceso de desaparición de las cajas de ahorros obedece a una hoja de ruta pactada entre los banqueros y determinados políticos. No os creais lo que nos dicen los economistas neoliberales, que no hacen sino justificar el papel de los grandes bancos españoles, a pesar de que son estos los que nos han llevado a la crisis y nos impiden salir de ella. Necesitaba hacer esta aclaración porque a veces leo comentarios que son debidos a que no se ha leido el artículo.

  3. Las Cajas eran públicas para uso y disfrute de altos cargos politicos, hasta que las arruinaron. Y para ocultar sus deudas las rescataron con la excusa de la crisis (estafa) para que fueran absorbidas por los bancos, como así ocurrió.
    Se les da demasiado poder a los políticos, y por eso pueden corromper las instituciones y quedar impunes.

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