A los que dicen que el agua y el aceite no se pueden mezclar, yo les digo que eso es porque falta un tercer elemento: el miedo a Podemos. Y si no me creen, miren cómo ese mismo miedo hace que se puedan mezclar un admirador confeso de las políticas de Ronald Reagan y un socialista que llevaba a Castro en su bolsillo de la chaqueta, siempre cerca del corazón.
Rivera y Bertín pasaban por allí. A esos dos sólo les une ser los maridos de alguna hermana de alguien, o los hermanos de alguien casado con alguien… Ya ustedes me comprenden…
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