Historia | América Latina a mediados del siglo XIX

Por Eduardo Montagut

Una vez alcanzada la independencia de España y de Portugal, los nuevos Estados latinoamericanos se convirtieron, con alguna excepción, en sistemas republicanos de corte liberal, controlados por los criollos, los principales promotores y beneficiarios de los procesos emancipadores.

El primer problema interno casi común fue el mantenimiento, cuando no el incremento, de la desigualdad social. Los criollos contaban con todos los resortes del poder político y económico, frente al resto de la población, eminentemente campesina. El segundo problema de estos Estados fue la inestabilidad política que padecieron y que generó dictaduras y el fenómeno del caudillaje. Muchos terratenientes decidieron intervenir en política. Levantaron ejércitos y movilizaron a la población de sus extensas propiedades para hacerse con el poder. El uruguayo José Artigas destacó en la zona rioplatense al reunir bajo su mando a muchos caudillos locales en la década de los veinte del siglo XIX. En Paraguay, los caudillos rurales del Partido Blanco fueron muy activos. Por fin, en Argentina brilló entre todos los caudillos la figura de Juan Manuel de Rosas, que dominó la vida política del país entre 1820 y 1852.

En la zona norte de la América Latina uno de los hechos más destacados fue la guerra entablada entre Estados Unidos y México, que se inició en el año 1846. El resultado de la contienda fue muy grave para México, ya que en 1848 perdió casi el 50% de su territorio. Eso provocó la creación de nuevos estados que se integraron en los Estados Unidos: Texas, California, Nevada, Utah, Nuevo México y Colorado.

Bajo la presidencia de Benito Juárez, el país sufrió la invasión de tropas francesas, españolas y británicas para obligar al país a pagar sus deudas. Pero muy pronto se vio el interés de Napoleón III por imponer un nuevo sistema político en el país más acorde con ciertos intereses económicos relacionados con la posibilidad de construir un nuevo canal interoceánico. Para ello, impuso al príncipe Maximiliano de Habsburgo como emperador, aunque el experimento político terminaría en un fracaso rotundo y con la vida del propio emperador.

En el cono sur destacaría Argentina. Conseguida la independencia en 1816, el país entró en una serie de conflictos internos, como hemos tenido oportunidad de apuntar, aunque con el tiempo consiguió cierta estabilidad unida a un gran desarrollo económico bajo las presidencias de Mitre y Sarmiento, al comenzar a ser explotada la inmensa riqueza ganadera del país, vinculándose con la exportación. Muy pronto, Argentina se convertiría en tierra de acogida de inmigrantes italianos y españoles.

Por su parte, Brasil se proclamó imperio independiente de Portugal en el año 1822, iniciando una época de expansión agrícola bajo el gobierno del emperador Pedro I.

 

 

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