Hacienda, Cristianos y Pavones

Por Daniel Seijo | Ilustración de ElKoko

Al más puro estilo presidencial, Cristiano Ronaldo llegaba el pasado lunes al Juzgado de Instrucción número 1 de Pozuelo de Alarcón (Madrid),  para comparecer como imputado por supuestamente evadir a Hacienda 14,7 millones entre 2011 y 2014. La declaración del futbolista portugués que curiosamente duró 90 minutos justos, ha servido para reabrir la polémica en torno a los privilegios de las grandes fortunas en nuestro país y sus responsabilidades con la Hacienda pública. Todo ello pese a que el actual jugador del Real Madrid llegó a insinuar ante la magistrada Mónica Gómez Ferrer, que su imputación por cuatro delitos contra la Hacienda Pública, podría deberse únicamente a su amplia notoriedad en nuestro país “No estaría aquí si no me llamara así»  llego a declarar el jugador luso.

Ilustración de ElKoko en El Estafador

Amparado en su desconocimiento en materia de contabilidad y en “discrepancias” de criterio con la Agencia Tributaria,  Cristiano Ronaldo parece dispuesto por el momento a negarse a asumir su culpabilidad, ante las evidencias de una Fiscalía que acusa al futbolista portugués de crear una estructura societaria para defraudar 14,7 millones de euros de forma «consciente» y «voluntaria». Una imputación que el jugador niega tajantemente, escudándose en su firme voluntad para contribuir con lo que le corresponde a la Hacienda pública española “Siempre hago mis declaraciones de impuestos de manera voluntaria, porque pienso que todos tenemos que declarar y pagar impuestos de acuerdo a nuestros ingresos. Quienes me conocen saben lo que les pido a mis asesores: que lo tengan todo al día y correctamente pagado, porque no quiero problemas”.

Al igual que en el famoso  equipo de Zidanes y Pavones del Real Madrid, Cristiano Ronaldo debería comprender que resulta complicado para una sociedad democrática, sostener su sistema de pensiones, su sanidad, su educación, sus redes de transporte…, cuando desde la sala de máquinas de la defensa, un pequeño grupo de canteranos debe alimentar el esfuerzo físico de un equipo repleto de estrellas con mucho talento, pero poco solidarias con el conjunto

La comparecencia en los juzgados de la estrella portuguesa del Real Madrid, abre de nuevo en nuestro país viejas heridas en una estructura recaudatoria profundamente injusta. Un país pícaro y oligárquico, en donde la estructura impositiva se ha transformado, fruto del devenir neoliberal y las reformas legislativas de los últimos años, básicamente en un IRPF (40% de todos los ingresos del Estado) sostenido en gran parte por los impuestos que pagan los trabajadores asalariados, y un Impuesto sobre el Valor Añadido (22% de los ingresos al Estado) profundamente regresivo. Una realidad impositiva que en España hace que el 34% de todo lo que se recaude (un 22% de IVA y un 12% de Impuestos Especiales) provenga de impuestos regresivos por los que consumidores pagan lo mismo sean CR7 marca registrada o un trabajador cualquiera.

Perfectamente asesorado por el penalista Jesús Santos, exfiscal de la Audiencia Nacional y defensor del PP en sus diversas causas judiciales, y el abogado experto en derecho tributario Luis Briones, Cristiano Ronaldo debiera conocer que el nuestro, nunca ha sido un país especialmente dispuesto a castigar a los astros del deporte rey,  muestra de ello, las ventajas otorgadas a los mismos durante muchos años por el régimen especial para los trabajadores impatriados, más conocido como la Ley Beckham, un mecanismo por el que los deportistas profesionales extranjeros residentes en España, podían tributar como los mileuristas de nuestro país. Una medida estrella aprobada por el último Gobierno de José María Aznar destinada a atraer talento foráneo, pero que sin duda fue únicamente de gran rentabilidad para el ex presidente y sus amigos del  palco del Santiago Bernabéu. Después de todo, España en el fondo es un país en donde nada parece importar que «supuestamente» eludas el pago de impuestos, pese a poseer un patrimonio estimado de más de 61.000 millones de euros, siempre y cuando posteriormente dones tus migajas, un país de súbditos (en algo se debería notar la monarquía) bien sea ante coronas políticas o futbolísticas, en donde se aplaude al defraudador a la salida del juzgado y se criminaliza a quien únicamente pide justicia y equidad frente a un sistema corrompido por la truhanería. Olvida también CR7 al relacionar su imputación con su repercusión pública, la disparidad entre el vértigo de los trabajadores de nuestro país ante cada posible despiste en declaración de Hacienda y la laxitud mostrada por el actual Ejecutivo al desarrollar una amnistía ilegal destinada a legitimar el fraude fiscal.

Una realidad impositiva que en España hace que el 34% de todo lo que se recaude (un 22% de IVA y un 12% de Impuestos Especiales) provenga de impuestos regresivos por los que consumidores pagan lo mismo sean CR7 marca registrada o un trabajador cualquiera

Al igual que en el famoso  equipo de Zidanes y Pavones del Real Madrid, Cristiano Ronaldo debería comprender que resulta complicado para una sociedad democrática, sostener su sistema de pensiones, su sanidad, su educación, sus redes de transporte…, cuando desde la sala de máquinas de la defensa, un pequeño grupo de canteranos debe alimentar el esfuerzo físico de un equipo repleto de estrellas con mucho talento, pero poco solidarias con el conjunto. Después de todo, que el jugador portugués pueda poseer el privilegio de percibir un sueldo astronómico simplemente por darle patadas a un balón, se debe a que trabajadores y trabajadoras de nuestro país (sin que entienda yo muy bien el motivo) están dispuestos a dejarse gran parte su salario en camisetas, entradas y demás parafernalia con su nombre, que mejor agradecimiento que contribuir con ellos a construir un sistema distributivo más justo, o al menos no tan oportunista.

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