El fin del capitalismo. (Parte 1 – Colapso del sistema)

Por Francisco Gallego

“Este escrito tiene como objetivo señalar algunos puntos importantes del desarrollo histórico del capitalismo como causas de la problemática actual del mismo. De igual modo se ha querido hacer hincapié en nuevos factores a tener en cuenta para esta problemática actual y futura, centrándonos en la tecnología y en los cambios sociales y filosóficos que su avance genera. El trabajo es una exposición de ideas, previo a otro donde las mismas serán detalladas de manera más extensa, por lo que su publicación en un artículo creo que no sería la adecuada.

He tratado de ser conciso y explícito en la exposición de ideas y opinión, rehusando el uso de datos, pues creo que los números no pueden ser premisa para los ideales de un sistema de convivencia de la humanidad ni pueden protagonizar su desarrollo”.

 

Puede resultar desolador el título, sin embargo lo primero que se debe entender es que dicho colapso no es algo optativo o en todo caso posible en algún porcentaje, es sencillamente INEVITABLE. Teniendo el lector esta idea aceptada nos vemos en el punto de desarrollar porque. Lo primero es dejar claro que no nos referimos a una parte del sistema, como pueda ser la estructura económica capitalista, puesto que esta no es más que una aplicación de ideas para un modelo de desarrollo social, hoy en día global. Es ahí, en las ideas que llevaron al desarrollo del capitalismo, donde radica el problema del actual sistema. Los ricos de hoy son idénticos a los ricos de hace 500 años. Reyes, nobles, clero o señores feudales poco se diferencian de banqueros y grandes empresarios. La idea siempre es la misma, la acumulación de riqueza en pocas manos a base de la explotación de la fuerza de trabajo de los individuos que están por debajo. Hace 500 años no era posible quejarse por condiciones laborales. Tuvieron que pasar muchos años para que Karl Marx nos hablara de El Capital, ofreciendo una alternativa que se intentaría plasmar mas tarde con las revoluciones del proletariado en Rusia y antes en otras partes de Europa, (sin olvidar la revolución francesa, pero esa es otra historia) estableciendo el ideal comunista como base para el desarrollo social y económico, en busca de la igualdad para todos.

Así pues nos hemos encontrado a lo largo de los últimos dos siglos en la tesitura de elegir entre capitalismo y comunismo o ideas de izquierdas limitadas por el capital.

El comunismo, en su ideal de buscar la igualdad de todos los individuos, limita las capacidades de desarrollo individual de estos y por tanto la escala en la sociedad hasta adquirir una posición de acomodo, que parece siempre aspiración de todo ser humano que viva en una sociedad civilizada (algo que sería interesante desarrollar en otro momento). Sin embargo esto no son más que errores fruto de una mala aplicación de medidas en pos de conseguir unos ideales moralmente incuestionables.

El capitalismo en cambio se nutre de la ilusión del individuo. Permitiendo ciertas libertades de actuación siempre se aspira a estudiar más para tener un trabajo mejor y ganar más dinero que nos permita vivir mejor. Si no es por el camino de las capacidades intelectuales, el individuo siempre guardara dentro de si la esperanza de que le sonría la fortuna o de ahorrar mucho y poder comprar un bien material que satisfaga su ego. El capitalismo pervierte el alma del ser humano y si no fuera porque a lo largo de la historia ha sido corregido por movimientos de izquierdas sería aún más tirano, injusto y cruel.

Con la victoria del capitalismo, sobretodo tras la II Guerra Mundial, y la imposición de su modelo en prácticamente todo occidente, la única vía para la aplicación de políticas de izquierda ha sido el nacimiento de partidos socialdemócratas, sin embargo estos no son más que meros tentáculos del capitalismo, que estrangulan, pero con menos fuerza, haciéndonos creer en la posibilidad de elección cada cuatro años en unas elecciones, entre izquierda y derecha.

La realidad es que no hay posibilidad de elección hacia ningún bando. Eso es lo que quieren los poderes que gobiernan el mundo. La división entre dos pensamientos únicos permite tener ocupado al pueblo en discusiones o guerras sobre si es mejor un modelo u otro. Ni tan siquiera Alemania, con su dictadura económica en Europa es la verdadera enemiga, sino un mero verdugo.

La única elección que le queda al pueblo es una. Los de arriba contra los de abajo. Palabras ahora de moda, pero que constituyen una realidad histórica. La historia ya nos ha enseñado que el Capitalismo es un sistema cíclico que siempre se resuelve de la misma forma. La acumulación de la riqueza en muy pocas manos a costa de recortes en derechos sociales, laborales, educativos, sanitarios y en definitiva el empeoramiento de las condiciones de vida de la mayoría social producen tensión en el pueblo. Esto se traduce de forma idéntica a lo largo de la historia en dos cosas:

  1. El nacimiento de partidos políticos capaces de dirigir ese descontento, que suelen experimentar un crecimiento muy rápido. Si llegan al poder tendrán en contra todo el sistema económico mundial para así demostrar que la alternativa es un fracaso, que solo hay un camino posible. Mientras tanto las calles permanecen limpias. Las sanciones impuestas a gobiernos que apuestan por el comunismo o un verdadero socialismo no son nuevas y países como Rusia las sufren por parte de la UE Y EE.UU. perjudicando así su economía. El precio del petróleo, entre otras cosas, es un arma que se usa para este fin, ya que Rusia o Venezuela son productores y una rebaja del barril les afecta de forma sustancial. Estas acciones se estudian entre EE.UU. y sus aliados como Arabia Saudí.
  2. El sistema capitalista, tras previamente haber aprovechado la crisis cíclica (perfectamente calculada) para el cambio en las condiciones de trabajo de la clase obrera y acumular ingentes cantidades de dinero, mejora de forma ínfima esas condiciones para que el pueblo, arrastrado a la miseria, las vea con buenos ojos y crea en la conquista de derechos si patalea lo suficiente.

Ambas premisas SIEMPRE se acaban cumpliendo en el sistema actual, y hoy en día lo estamos comprobando.

Este es el punto de inflexión al que queríamos llegar. Si bien el sistema cíclico capitalista ha ido mutando a lo largo del último siglo y medio, atravesando graves crisis para perpetuarse, y lo ha conseguido, actualmente ya se sabe que el modelo es insostenible y que durante el siglo en el que nos encontramos caerá inexorablemente. El diagnóstico es sencillo: un sistema que se basa en el crecimiento continuo para su correcto funcionamiento y que necesita de recursos ilimitados en un planeta con recursos limitados esta abocado a su desaparición, eso o a destruir por completo el planeta si la humanidad así lo permite. Prefiero pensar que el ser humano despertará algún día y si es así no abrá más capitalismo, de eso estoy seguro.

Esto nos lleva a comprender que cualquier sistema o forma de vida que el ser humano adopte debe ser respuetuosa con el medio ambiente y el planeta que habita, pero esa es otra historia.

Causas del colapso

-Bases del capital
Una de las bases del capitalismo ha sido, entre otras, la capacidad para generar una gran carga de trabajo para el proletariado a través de la industrialización de los países, la agricultura, los servicios y el funcionariado. Esto generaba una gran riqueza que hacía a los países obtener curvas de crecimiento muy elevadas y un desarrollo a velocidades de vértigo. A diferencia de un modelo donde el estado sea garante del trabajo, esta inversión liberal produce grandes desequilibrios, propios de la injusticia latente en el capital.

Mientras los grandes capitales aumentaban su riqueza con gran rapidez, el proletariado tuvo que luchar y sufrir derramamiento de sangre para obtener derechos sociales hoy básicos. Las revueltas en toda Europa y las acciones sindicalistas fueron clave para que la clase trabajadora viera mejorada sus condiciones laborales y sus salarios. Así es como en los últimos 40/50 años el capitalismo fue dando concesiones al proletariado, sabiendo muy bien lo que hacían, ya que esto favorecía la aceptación del pueblo hacía un sistema que les permitía acumular cierta cantidad de capital, mejorar sus condiciones de vida, y escalar socialmente. Para que todo esto se cumpla entra en juego otra de las bases del capitalismo moderno, la circulación del dinero. El proletariado, para poder realizar las aspiraciones antes mencionadas, lo debe hacer mediante el gasto de capital conseguido por su trabajo, que volverá así, en última instancia, a su lugar de partida, el gran capital.

-Fin de las bases y derrumbamiento de la estructura capitalista
El fin del capitalismo y el cambio de modelo deben llegar, como siempre, desde abajo, desde el pueblo y el proletariado. El sistema, sus mayores beneficiarios y dependientes, se defenderán del cambio con todas sus armas. Así ha sido y así será.

El mayor problema para el mantenimiento del actual modelo es, principalmente, la tecnología.

En un principio la tecnología fue un aliado del capital, ayudando a la mejora de los sistemas de producción y la generación de nuevas industrias, creándose a su vez nuevos puestos de trabajo, productos y servicios que lo alimentaban de manera más rápida y en mayor cantidad, como nunca antes visto.

Con el paso del tiempo la tecnología, a su vez, ha ocasionado dos problemas:

  • Mejora de las condiciones de vida occidentales.

Los avances en medicina aumentan notablemente la esperanza de vida, esto genera mayor cantidad de población improductiva para el sistema que debe percibir rentas obtenidas de la parte productiva. De aquí nace la obsesión del capital por controlar un sector, LA SANIDAD. La inversión estratégica en sanidad es fundamental ya que permite hacerse con el control de la vida de las personas. Se investiga principalmente en enfermedades que actúen contra una mayor cantidad de población, generando fármacos o tratamientos que no ofrecen una cura definitiva, creando una dependencia al paciente y asegurando a los laboratorios que los fabrican una gran inversión.

Las posibilidades que ofrece el control de la sanidad son de gran amplitud, y merecen ser explicadas por especialistas en la materia en otros trabajos que no sean este. Lo que si se puede es llegar a la conclusión de que actualmente y en el futuro no se hará todo lo que esta al alcance de los logros obtenidos por el ser humano mediante la ciencia y la tecnología para salvar todas las vidas que sería posible, más bien todo lo contrario.

Parte de la población productiva se ve mermada por la tecnología generando sectores de la misma inservibles al sistema

La implantación de la tecnología en los modos de producción y su desarrollo de manera exponencial en las próximas décadas generará, cada vez en mayor grado, la destrucción de puestos de trabajo que serán sustituidos por máquinas. Antes decíamos que la tecnología creó en el pasado nuevas formas de producción y puestos de trabajo, hoy en día lo sigue haciendo, pero su impacto en la sociedad es muy diferente. La tecnología sigue creando nuevas industrias y potenciando muchas ya existentes, las nuevas energías, el sector de las comunicaciones, el ecologismo etc… son el ejemplo de ello, el problema ante el que nos encontramos es que no son capaces de ofrecer una gran oferta de empleo por varios motivos:

  1. Se requiere una alta cualificación para esos puestos.
  2. Los procesos están automatizados, ayudados por máquinas o encargándose estas de la mayor parte de la labor.

Llegamos pues, y sin necesidad de un gran desarrollo, a la siguiente conclusión:
Dos de las mayores problemáticas de la tecnología (para el sistema) como son el aumento de la esperanza de vida y la destrucción de puestos de trabajo ocupados por máquinas, nos estan llevando, y lo harán en mayor grado en el futuro, al aumento de la parte improductiva de la población en la que nos encontramos/encontraremos varios sectores

  • Jubilados 60/+
  • Niños y adolescentes sin edad para trabajar
  • Discapacitados
  • Enfermos crónicos y dependientes
  • Desempleados (D= desempleados)
  • Personas sin formación específica (D)
  • Todas aquellas personas sustituidas en su trabajo por máquinas, que se verán afectadas en todos los sectores productivos, y de forma más específica a destacar en la industria, logística y la medicina. (D)

Este grupo constituye la masa de población que debe sostener la parte productiva mediante la generación de riqueza en el país. Habiendo una tasa de paro baja esto se puede financiar sobradamente, es lo que en los países desarrollados se llama estado del bienestar. Si la tasa de paro aumenta habrá problemas para su financiación y por seguro que aumentará dada la problemática de la tecnología. Querer cubrir ese desfase con mayores impuestos a los ricos y las grandes empresas no es más que una solución a corto plazo.

La tasa de paro elevado y sostenido en el tiempo, generará núcleos de población que no reciban ninguna prestación por rendimientos del trabajo, lo que obligará a la intervención de los estados mediante ayudas públicas o subsidios adicionales si estos no quieren ver como aumenta la pobreza extrema hasta límites insoportables. Sin embargo la tecnología hará que con el transcurso de los años la tasa de paro aumente de forma irrefrenable y por consiguiente lo haga también la parte de la población que percibe una paga por parte del estado.

Por consigiente la probreza extrema aumentará, lo hará también el hambre, la desigualdad, las manifestaciones, la violencia…

Caída del consumo y la circulación de capital. Colapso del sistema.
La intervención del estado siempre busca el mismo fin. Evitar la caída del consumo por debajo de ciertos niveles, para lo cual se llevan a cabo políticas de estimulación de la economía.

Con tasas de paro que alcanzarán el 50 o 60 % los estados acabarán quebrando por dos motivos que van unidos.

  • El gasto social, que será altísimo y multiplicará sus costes en el próximo siglo.
  • La falta de financiación de los estados a través de impuestos por la caída del consumo y el empleo

Esto provocará no sólo la caída de los estados, sino que supondrá el fin del sistema capitalista en los países que vivan esa situación.

Posibles soluciones como quitas de la deuda, condonaciones de la misma o el aumento de esta con rescates que puedan ser ventajosos simplemente alargaran la agonía, pues no se tratará de la caída de países concretos, ocurrirá a escala mundial. Será cuando quiebren las potencias cuando no habrá marcha atrás.

Ver parte 2: El fin del capitalismo (parte 2 – Soluciones)

Ver parte 3: El fin del capitalismo (parte 3- Reflexión)

 

3 Comments

  1. Tremenda expresión de la realidad que las masas parecemos desconocer, la ignorancia del pueblo nos convierte en esclavos del gran capitalismo. Mi felicitación ha D. Francisco Gallego, por este gran articulo que puede servir de mucho para muchas personas engañadas por el sistema.

  2. Asi puede uno tener mas vision de la realidad que nos afecta ahora y lo hara en el futuro inmediato. ! Enhorabuena por el articulo ! Todo ello obliga a pensar y proponer alternativas como PUEBLOCRACIA , el sistema ideal de gobierno «equilibrado y centrado» que satisfara a las mayorias para lograr un «PARECIDO» mas que una igualdad «imposible y poco recomendable » Ya esta en funcionamiento, lento pero seguro y abierto a todos l@s valientes y optimistas. Contacto: VICTOR. 646 611 647

  3. Como autor debo felicitaros por el resultado. Me encanta como ha quedado y las imágenes utilizadas. Espero que guste a los lectores o que al menos llame su atención. Saludos

    Paco Gallego

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