Economía | La fragilidad y dependencia de la economía española. ¿Ante un cambio de ciclo?

Artículo de Jaime Nieto

No es ningún secreto que la buena evolución de los principales indicadores macroeconómicos puede ocultar graves desequilibrios. España lleva 4 años encadenando valores positivos en el crecimiento del PIB. Unos años antes de la crisis, Zapatero mencionó su famosa frase, en la que aseguraba que España estaba en la Champions League de las economías y que pronto superaría a Italia en PIB per cápita. Satisfecho con la evolución de los indicadores macroeconómicos, Zapatero redujo impuestos a los ricos a través del IRPF y a las empresas (Impuesto de Sociedades). También se dio vía libre a las Comunidades Autónomas para que eliminaran de facto el Impuesto de Sucesiones y el de Patrimonio. El optimismo era tal que tras encadenar la capacidad de ingreso (y de redistribución) del Gobierno, levantaron el denominado como cuarto pilar del Estado del Bienestar: la Ley de Dependencia. El crecimiento económico sería suficiente para financiarla, compensando la caída de impuestos. Mientras, mantenía el modelo productivo español en manos del turismo y la construcción (valga la redundancia). De aquellos polvos, estos lodos.

Rajoy, más prudente que Zapatero, no ha abundado en afirmaciones grandilocuentes respecto a la marcha de la economía. No obstante, ya se comporta como tal. Como el primer gobierno de Zapatero, reducirá impuestos directos y vuelve a inflar el ladrillo. En medio, el segundo gobierno de Zapatero y el primero de Rajoy, socializaron las deudas de la banca, presionaron los salarios a la baja (mediante las reformas laborales y los salarios de los funcionarios) y aumentaron la imposición indirecta (fundamentalmente el IVA), la más regresiva. El resultado es que, a pesar de los buenos datos macro, en 2017 tenemos una economía más desigual (2 puntos más que en 2008), con un desempleo todavía muy elevado (17%) y un modelo económico extremadamente frágil. Pero lo realmente preocupante no es solo la escasa capacidad del crecimiento para mejorar las cifras de paro y las condiciones materiales de vida de la población, sino la vulnerabilidad de este crecimiento.

El gráfico inferior requiere algunas explicaciones previas. En él aparece la evolución de diferentes magnitudes en volúmenes, equivaliendo el valor de 2008 a 100. Es decir: si el valor del PIB un año es un 10% superior al de 2008, la cifra que aparecerá será 110; si 10% inferior: 90. Tenemos, por un lado, la evolución del PIB (precios constantes 2010) y los Costes Laborales Unitarios reales (CLUr) con una escala temporal anual representada en el eje superior y sus valores en el eje derecho. En el eje inferior, tenemos la evolución mensual de la cotización del barril de petróleo Brent y la del Euro respecto del Dólar, cuyos valores se observan en el eje izquierdo. Lo que se aprecia es que el crecimiento del PIB se ha visto apoyado en tres factores principalmente:

  • La fuerte caída del petróleo. La factura del petróleo (importado en su totalidad) reduce el PIB entre un 2 y un 4’5% según aumente o disminuya su precio. Su menor coste, reduce el peso de las importaciones.
  • La fuerte depreciación del euro respecto del dólar. España no controla su moneda monetaria, por lo que tan solo tiene dos opciones para mejorar sus exportaciones: esperar a que se deprecie el euro (abarata las compras que hacen los extranjeros de productos europeos) o mejorar su competitividad. El euro se ha depreciado como consecuencia de las inyecciones de liquidez del BCE en los últimos años.
  • La caída de los salarios (CLUr). España mejoró su competitividad mediante una devaluación interna. Mejorar la competitividad a través de I+D+i no ha sido siquiera una opción.

En definitiva, los elementos señalados revelan una grave inestabilidad de la economía española. Todos ellos han mejorado los resultados del saldo comercial. Por primera vez desde la entrada en la UE somos un país exportador, pero haciendo trampas al solitario: los elementos 1 y 2 dependen de elementos absolutamente incontrolables por el país y el 3 tiene consecuencias pésimas en las condiciones de vida y la estabilidad social. El otro pilar de esta oleada de crecimiento, como señalaba, es la recuperación del ladrillo, sujeto a las fluctuaciones especulativas que por desgracia conocemos y tenemos aún muy frescas en la memoria. Como cabía esperar, las “ayudas” exteriores no podían durar para siempre y recientemente Mario Draghi ha anunciado la próxima finalización de las inyecciones de liquidez en la economía y la paulatina subida de los tipos de interés en la zona euro. Esto encarecerá el euro (incluso ya se puede atisbar en el gráfico el cambio de tendencia), así como la capacidad de consumo e inversión internas. Los grandes stocks de petróleo que vagan por los océanos en busca de compradores parecen garantizar por el momento que el precio del petróleo no aumente demasiado. Pero esta circunstancia puede tener lugar en los próximos años si las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía se cumplen y la oferta no es capaz de satisfacer la demanda mundial.

A pesar de los buenos datos macro, en 2017 tenemos una economía más desigual (2 puntos más que en 2008), con un desempleo todavía muy elevado (17%) y un modelo económico extremadamente frágil

España optó por la vía fácil y como consecuencia, tenemos una economía aún más frágil que en 2008, a las puertas de la Gran Recesión. Ni Zapatero ni Rajoy apostaron con firmeza por un modelo que descansara en la equidad, la ciencia o la sostenibilidad. Una mejor distribución de la renta prepararía a la economía española para absorber shocks externos a través de la demanda interna. Por su parte, la investigación y la apuesta por la ciencia permitirían reducir los efectos de una baja competitividad evitando las consecuencias sociales de la devaluación interna. Por último, una apuesta por la sostenibilidad reduciría la dependencia del petróleo, desecharía cualquier interés por el “ladrillazo” y, finalmente, desligaría el bienestar social del crecimiento económico (que tan pobres resultados ha dado en el presente y el pasado) Quizá no estemos a tiempo de rectificar cuando el próximo shock externo haga su aparición. Y las señales no son halagüeñas…¿estamos al borde de un nuevo cambio de ciclo?

1 Comment

  1. Con sueldos cada vez más bajos, con la juventud q emigra y en un país q el 80% es propietario de al menos una vivienda.Más las viviendas en manos de Bancos Fondos «buitres» y con una baja natalidad….. y con la produccion de cemento en mininos historicos va y me creo la reactivación del ladrillo….

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