Economía | Economía y actos económicos

Por Xavier Tarazona

La propuesta de Nueva Revolución de tener una columna fija en la revista (muchas gracias por la propuesta a los responsables de la revista) formando parte de la sección de economía me creó una gran carga de responsabilidad, al tiempo que una angustia de no poder estar a la altura del reto, sobre todo debido a los grandes economistas con quienes compartiré sección, Joan Ramon Sanchis y Jaime Nieto, personas de una preparación académica extraordinaria. Visto que no podré, ni querré, ni lo intentaré, llegar nunca a la altura académica de los mencionados profesores, he decidido enfocar mi aportación hacia analizar las consecuencias económicas de actuaciones que, a simple vista, parece que no tienen nada que ver con la economía, pero que siempre tienen, y, desgraciadamente, nunca a favor de las personas, casi siempre a favor de la oligarquía dominante, a través del análisis de las decisiones que toman instituciones, partidos y personas, tanto en la actualidad como a lo largo del tiempo. Por ejemplo hablaremos de la evolución de los partidos de izquierda desde la dictadura a la actualidad y las consecuencias económicas de su deriva, por ejemplo hablaremos de la corrupción, sus raíces profundas en la sociedad, la tolerancia social con ella y, sobre todo, las consecuencias económicas para el Estado, o sea, para todos nosotros, por ejemplo analizaremos el saqueo de las cajas de ahorro y sus consecuencias económicas en los territorios de nacimiento de las mismas y en las arcas del Estado. Estos son ejemplos de la línea que intentaremos desarrollar a los artículos.

La economía es una ciencia social, por lo tanto no tiene nada de certezas infalibles, ni de modelos matemáticos que expliquen el comportamiento de las personas, las empresas y las instituciones frente a decisiones económicas, la economía no se puede desenganchar dela filosofía, ni de la historia, ni de la sociología, con las cuales está unida por múltiples hilos que conforman una red compleja interconectada. El materialismo histórico, que desarrollaron Marx y Engels en un principio y una larga lista de discípulos brillantes a lo largo del tiempo, explica la preeminencia de la economía en el desarrollo social y las conexiones de las actuaciones económicas, tanto de individuos como de grupos sociales, en las vidas cotidianas de la población y las consecuencias que se derivan de una actuación determinada u otra para condicionar el resultado final. Ninguna actuación económica es inicua, ni gratuita, siempre busca un resultado final a favor de parte y siempre quién tiene más poder para condicionar el sentido de las actuaciones es quién sale ganando. Creo que por eso siempre he odiado el término que los neoclásicos (los neo-conservadores o neoliberales actuales) emplean para cuadrar sus modelos matemáticos, que intentan justificar la infalibilidad de su ideología, el ceteris paribus, una falacia estúpida que implica que se cumple lo que ellos dicen (automatismo de los mercados perfectos) si no afectan (quedan congeladas) las condiciones externas, desgraciadamente para la teoría neoclásica las condiciones externas son tantas y tan influyentes que dejan sin ninguna validez el modelo y al descubierto las verdaderas intenciones clasistas de su doctrina. Estamos hartos de escuchar a los teóricos del neo-conservadurismo que fuera de su teoría y práctica no hay nada, se multiplican con manifestaciones de que sus recetas son inevitablemente las únicas que se pueden aplicar para el funcionamiento de la economía actual, basadas en recetas de modelos automáticos que en la realidad no tienen nada de automáticas, ni nada de modelo real. No tenemos que pensar más que, por ejemplo, en la influencia de la banca en la toma de decisiones de los gobiernos y las instituciones supranacionales, que fuerzan cambios de legislación a favor de ellos que pervierten el libre mercado y el automatismo del modelo que preconizan o las bonificaciones fiscales a los beneficios de las grandes empresas que privan a los estados de ingresos necesarios o la existencia consentida de paraísos fiscales que permiten esconder dinero que distraen de los estados o los oligopolios de las empresas energéticas que marcan los precios de la energía desde una mesa de restaurante carísimo. No entraré en más detalles puesto que para ello están mis compañeros de sección mucho más capacitados.

Si entendemos la economía como una ciencia social ligada a la historia, a la filosofía, a la sociología, en definitiva, a la vida diaria de las personas, tendremos que analizar los actos económicos, y políticos, de instituciones, de grupos sociales y, incluso, de personas individuales para ir entendiendo las consecuencias de estas decisiones en el conjunto de la economía, tanto sea mundial, como de un país, como de los grupos o clases sociales que conforman la sociedad. Estos actos económicos están protagonizados tanto por gobiernos, por instituciones supranacionales, por poderosas corporaciones y grupos de presión (lobbies), por partidos políticos, por sindicatos, como por colectivos de afectados por estos o por cualquier otro problema, así como por personas individuales que toman decisiones concretas para ir cambiando desde abajo la inevitabilidad de su situación, por ejemplo, aprovechando lo que preconiza el profesor Joan Ramon Sanchis, decidiendo cambiar de una entidad bancaria ordinaria a otra de banca ética o social, que las hay, o iniciando un nuevo camino económico individual a través de la economía social o cooperativa. Aquí es hacia donde derivaré mis modestas aportaciones, a los actos económicos (y políticos) y a sus consecuencias en la vida diaria, tanto a través de la historia como en la situación actual, siempre intentando aportar propuestas para cambiar, modificar la tendencia o solucionar el problema. No hemos de olvidar que estamos en una revista, Nueva Revolución (bendita sea), que se define como “Periodismo alternativo, opinión política y concienciación social”, por lo tanto nuestra obligación es pensar y exponer los temas tratados con la máxima profundidad de análisis, con rigor y con propuestas de solución (me gustaría escribir de economía desde el sarcasmo pues la situación lo merece, pero no siempre ni todos lo entienden y además crea muchos enemigos).

2 Comments

  1. Es correcto, para hablar de economía se requiere conocer de muchos temas sociales. Se requiere conocer la esencia de lo que es un ser humano, para entender las construcciones que hace el ser humano. Este es un trabajo gigantesco, que en lo personal, le recomendaría al escritor, que busque otro tema, ya que muchos lo han intentado y muy pocos han logrado algo. En el lado de los fracasados tenemos a Marx, que de todos sus profesias economicas de lo que pasaria en las sociedades industriales, solo se cumplio que el capitalismo fracasaria, y esto es simple al enterder la ecuacion D = C + I, pero sus profecías fundamentales tales como que los obreros de la sociedad industrial vivirian en una miseria cada vez peor, no solo no se cumplió, sino que paso todo lo contrario. Y el Marxismo solo se uso como excusa para implantar en paises no industrializados a nuevas castas super ricas soportadas por una base social aplastada por la miseria, como pasa en corea del norte, cuba, venezuela, urss, etc. El marxismo termino siendo una religión plana sin dios, teniendo a marx como su profeta.
    En el lado de los pocos que han tenido exito tenemos a Desmond Morris, autor del libro «Mono Desnudo», que ha hecho uno de los mejores análisis antropológicos y psicológicos del ser humano, solo despues de un estricto entrenamiento en la observación. Aun así, su éxito fue poco reconocido entre sus pares.

    El problema estimado amigo, es que el nivel superior puede entender al nivel inferior, pero nunca a si mismo. O como lo dijo Einstein: «un problema solo puede resolverse en el nivel superior del que fue generado». Por eso es que un problema bien construido, eleva al que lo resuelve.

    Suerte, la necesitara !

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