Cultura | Stephan Born en el inicio del socialismo alemán

Por Eduardo Montagut

Stephan Born fue un pionero del socialismo alemán. En este artículo estudiamos su vida y aportaciones teóricas y prácticas en la Historia del movimiento obrero.
Stephan Born (1824-1898) era impresor de profesión, originario de Posen, en Prusia, aunque pasaría a residir en Berlín. Ingresó en la Liga de los Comunistas. En los años cuarenta publicó una obra breve, titulada La ciudad hanseática, que alabaría Marx.
Born fue un protagonista de la Revolución de 1848, creando una especie de comité de trabajadores, sin patronos, además de publicar el periódico Das Wolk (“El Pueblo”, en alemán). En sus páginas planteó una estrategia política basada en una doble lucha. Por un lado, había que unirse a las fuerzas progresistas de la burguesía para terminar de derribar el Antiguo Régimen. Marx defendía una postura parecida en la Nueva Gaceta Renana. Debemos recordar que todavía persistían las bases del Antiguo Régimen en Europa central, aunque ya muy deterioradas por los avances revolucionarios liberales y, sobre todo, por los cambios económicos y sociales derivados de la industrialización, especialmente en la Alemania más occidental. Aunque Born no lo formuló así, estaríamos en el momento de la contradicción entre las dos estructuras según el análisis marxista.
La otra lucha era la que había que emprender era la de la democracia para que los obreros pudieran acceder al poder, el “derecho político”, como afirmaba Born en un artículo publicado en su diario.

Born desarrolló en la práctica sus ideas con la creación de la Fraternidad Obrera Alemana, nacida en un Congreso en Berlín, y que se convirtió en una organización obrera de primera magnitud en la Alemania y Europa del momento. Se dirigía desde Leipzig. Publicaba un periódico La Fraternidad, que dirigía el propio Born, aunque luego sería sustituido en la dirección.
Para Born, la Fraternidad Obrera debía optar por la vía reformista, aliándose con la burguesía progresista, y no emprender lo que denominaba “insurrecciones inútiles”. Estas ideas han hecho afirmar a algún estudioso que Born no creía en el antagonismo de clases que propugnaba Marx, pero no parece que fuera así. Lo que sí separaba a Born de Marx era la revolución, ya que siempre defendió una postura reformista, de acceso al poder por vías no violentas. No creía que el programa revolucionario defendido en el Manifiesto Comunista pudiera aplicarse a Alemania. Desde un acusado pragmatismo creía que los obreros no entenderían ese texto, el programa que allí se contenía. Había que conquistar el poder (la Fraternidad Obrera sería uno de los medios para conseguir los derechos políticos de los obreros) y emprender una política social de intervención, en una suerte de primigenio estado del bienestar: seguros de enfermedad e invalidez, pensiones de jubilación, educación, protección al trabajo y la creación de cooperativas de producción. Este programa no asustaría a la burguesía más progresista, con lo que se podría mantener el frente o coalición del cambio. En ningún caso, se trataría de conquistar el poder para establecer un gobierno obrero o una dictadura del proletariado.

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