Pintura | El punk medieval de Agathe Pitié

Por Carlos César Álvarez

Una de las exposiciones más interesantes que puede verse estos días en Madrid es la de Agathe Pitié (Castres, 1986) en la galería Michel Soskine, hasta el día 10 de junio. Esta joven artista francesa presenta 34 de sus trabajos más recientes -algunos con fecha de 2017- en color y en blanco y negro, a pluma y acuarela, sobre papel.

Pitié se autodenomina una artista “punk medieval”. Sus obras se inspiran tanto en las iluminaciones de los manuscritos medievales como en la cultura pop. De los primeros proceden los elementos mitológicos y la simbología esotérica que impregna muchas de las escenas; de la segunda, la presencia de personajes del cómic y la televisión. De esta última y de los media en general surgen algunos de los temas que aborda, como la actividad de las bandas de delincuentes callejeros. Las referencias que podemos encontrar en su trabajo son interminables. Sus dibujos a pluma en blanco y negro imitan el estilo de los grabados renacentistas de artistas como Durero.

Las obras de mayor formato son aparentemente caóticas, pero con un orden interno que relaciona entre sí sus elementos. Son como una combinación de “El Jardín de las Delicias” de El Bosco y “¿Dónde está Wally?”, geografías habitadas por multitud de seres que ocupan cada rincón del cuadro, personajes del mundo clásico y de la cultura contemporánea. Pitié describe de forma gráfica territorios densamente poblados por animales reales y mitológicos, insectos, crustáceos, dragones, reyes y mendigos, ejércitos en plena batalla, antidisturbios cargando contra la gente, antiguas diosas como Venus o Kali, al lado de Mary Poppins, Tintín y Milú, Bob Esponja, Michael Jackson, las tortugas Ninja o los Pokemon, todo ello presidido frecuentemente por un sol o una luna con rostro humano. Esta serie infinita de elementos deja traslucir una vocación de la artista por abarcar la totalidad. El espectador podría pasarse horas observando estas obras y esbozar de vez en cuando una sonrisa de complicidad al ir descubriendo los detalles de humor e ironía presentes en ellas.

El cuadro “Marabuntas” está dedicado a las “maras” o bandas latinas violentas, pero el significado de la obra va más allá si nos fijamos en dos personajes vestidos como el Tío Sam distribuyendo hormigas guerreras que, como jinetes del apocalipsis, provocan la violencia, la muerte, la esclavitud y la enfermedad. En el centro, una hormiga gigante amamanta a dos niños, como la loba romana lo hacía con Rómulo y Remo.

Entre las obras de formato más pequeño destacan algunas que presentan claras reminiscencias del Tarot, de forma que podemos ver la particular interpretación que Agathe Pitié hace de arcanos como el Colgado o la Torre. En otros casos la referencia es más sutil, como en el dibujo titulado “Sada Abe”. Está dedicado una cortesana japonesa conocida por asfixiar eróticamente a su amante y cortarle los genitales, pero Pitié lo arropa con una simbología que recuerda a la del arcano XVII, La Estrella.

Respecto a la forma de trabajar de la artista, leo que su “puesta en obra” se desarrolla en dos fases distintas: la primera es la escritura de una sinopsis a la manera de las técnicas cinematográficas -guión, selección de arquetipos, puesta en escena de las discontinuidades y las correspondencias de relatos y planos- y la segunda, la recuperación del trazo ancestral: los dibujos se realizan a mano, a la pluma, en papeles viejos de forma completamente anacrónica. Internet es una herramienta utilizada por Pitié, de la que extrae masivamente información que reordena e incluye en sus obras.

El trabajo de Agathe Pitié es inabarcable e imposible de describir en este breve artículo, por lo que mi recomendación es que acudan a la exposición y se sorprendan por sí mismos.

Web: Michel Soskine: Agathe Pitié

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