Por Raquel García
Prácticamente el 80% de los jóvenes españoles no pueden emanciparse. Lo dice el Consejo de la Juventud en su último informe publicado. Rebela datos de este primer trimestre de 2015. Entre las razones, el elevado precio de la vivienda y las pésimas condiciones laborales de este segmento de la población. En ningún momento habla de que la causa esté en que no quieran marcharse de casa, sino que no pueden porque las cuentas no les salen. No disponen de los recursos suficientes para hacer frente a sus facturas más básicas.
La precariedad laboral
Dicho de otro modo, tan sólo el 21,5% de los menores de 30 años han logrado independizarse del hogar familiar. El foco del problema lo pone el Consejo de la Juventud en el empleo. Así recuerda que la tasa de paro entre las personas de menos de 25 años alcanzó el 51,4%, entre los que tienen entre 25 y 29 años supera el 30% y entre los que tienen entre 30 a 34 años llega a más del 24%.
Pero, los que tienen un empleo, tampoco, pueden vivir su vida con independencia. Hasta el 28,7% de los jóvenes con trabajo tienen un contrato por horas, por lo que no pueden ganar lo suficiente. Y 4 de cada 10 llevan menos de un año trabajando en su empresa actual. Más de la mitad tienen un empleo temporal, y el 44,3% lo han firmado por menos de un año de duración.
Al mismo tiempo, ni siquiera pueden optar al trabajo para cual se han formado. Más del 56% de los menores de 30 años tienen un empleo por debajo de sus capacidades.
No pueden acceder a una vivienda, tendría que destinar de media hasta el 60% de su sueldo a pagarla
Al disponer de tan escasos recursos aparece otro problema aparejado, un joven debería destinar el 59,5% de su salario para adquirir una vivienda. Debería cobrar, según estima este organismo, un 98,23% más de lo que le pagan. En todo caso, calculan que no podrían aspirar a un inmueble que superase más de 50 metros cuadros.
Independizarse, una utopía para muchos jóvenes
Con este panorama se hace muy cuesta arriba poder iniciar una vida de forma independiente de su familia. Ha llegado un punto en que lo raro es que los hijos puedan irse de casa. Comprobemos si la situación de los jóvenes ha ido mejorando o empeorando en los últimos años.
Veamos, un año antes, en el primer trimestre de 2014, nos encontramos con tan sólo el 22,3% podían emanciparse, el 77,7% seguía viviendo con sus padres. Ahora, es aún peor, llega al 78,5%, subiendo prácticamente en un punto más este porcentaje.
Y si comparemos con los datos de los 3 primeros meses de 2013, el 22,1% lograba su meta natural de emanciparse, el 77,9% no se podían irse de casa.
Con estos datos del Consejo de la Juventud sobre la mesa se puede establecer que la supuesta recuperación económica, tampoco, ha llegado a nuestros jóvenes. Sino que en el último año han empeorado aún más su situación como refleja esta tasa de emancipación entre los menores de 30 años, siendo cada vez menor este porcentaje y más los que tienen que quedarse en casa de sus padres sin posibilidades de iniciar una vida autónoma. Porque las circunstancias no les dejan: mucho paro, sueldos bajos y vivienda cara.
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