Brecha Salarial, de las pensiones al trabajo activo, la mujer siempre pierde

Por Roberto Santos | Ilustración de SrPotatus


En España más de 2,4 millones de personas cobran pensiones inferiores a 700 euros mensuales y mira tú que curioso, de todos ellos más de 1,5 millones son mujeres, según un informe de UGT presentado este mismo lunes por Cristina Antoñanzas.

Dicho informe pone de manifiesto la brecha salarial que existe, también en las pensiones españolas, donde las mujeres cobran sustancialmente menos que los hombres, en todos los regímenes y en todas las clases de pensiones. Todo un ejemplo de ese machismo estructural que muchos niegan que existe.

Las mujeres pensionistas ganan en número a los hombres, exactamente hay un 5.3% más que hombres, pero la cuantía de sus pensiones es un 37,8% inferior al de ellos. En el caso de las pensiones por jubilación, esa brecha es de casi un 38%, siendo 742,8 euros mensuales la media de salario que cobran ellas frente a los 1.200 euros de media que cobran ellos.

Ojo, porque está diferencia salarial, que como ya os he dicho es del 37,8%, es muy superior a la brecha salarial existente en los actuales salarios, que es del 23,2%. Es decir, las mujeres españolas, aunque hayan trabajado y cotizado como cualquier hombre, tienen una situación mucho peor que la mayoría de ellos.

Los datos son aún más escandalosos en los tramos más bajos de las pensiones, los que están entre los 150 euros y los 500, donde el número de mujeres multiplica por cuatro al número de varones en la misma situación.

Salvo el Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez (SOVI), que es el que cuenta con las pensiones más bajas, en todos los regímenes de la Seguridad Social el número de mujeres pensionistas de jubilación es inferior al de los hombres.

Entre los trabajadores con educación primaria, el sueldo medio de las mujeres es 6.500 euros más bajo que el de los hombres

Los datos hablan por si solos, pero sin embargo aún nos encontramos con muchos neandertales que llaman a las feministas resentidas, que niegan que exista un machismo estructural y que encima se permiten el lujo de dar lecciones de moral. Pero digan lo que digan, la realidad es la que es y solo los hombres que reciben pensiones de viudedad, cobran menos que las mujeres, es decir, es el único caso en el que la brecha es negativa para los varones.

Pero si bien la situación de las mujeres pensionistas es llamativa, al resto de mujeres tampoco les sonríen los datos en nuestro país. Si atendemos a los datos del INE, podemos ver que los sueldos de los trabajadores cualificados son, por normal general, superiores a los no cualificados. Sin embargo, incluso entre los trabajadores con mayor formación la brecha salarial se mantiene e incluso aumenta. Entre los trabajadores con educación primaria, el sueldo medio de las mujeres es 6.500 euros más bajo que el de los hombres. Ya si hablamos de personas con licenciaturas y doctorados, vemos como la diferencia se amplía a los 9.500 euros.

Por sectores, podemos ver como en el sector servicios, que cuenta con un gran número de trabajadoras, la diferencia entre los salarios de hombres y mujeres es más que llamativa, ellos cobran una media de 25.198 euros al año, frente a los 19.477 euros que cobran ellas.

Por edad tampoco mejora mucho la historia, entre las mujeres jóvenes, la franja se estrecha, pero a partir de los 35 años, cuando suelen aparecer hijos u otras cargas familiares, las diferencias empiezan a aumentar. Entre los 35 y 45 años las mujeres cobran alrededor de 1.000 euros menos que los hombres, diferencia que se dispara hasta los 4.000 en la franja de los 45 y los 54 años, para mantenerse estable por encima de esa edad.

Además, el INE advierte de que casi un 13% de los trabajadores tienen ingresos muy bajos. Pues bien, de este 13%, el 64%, como no podía ser de otra forma si tenemos en cuenta el resto de datos expuestos hasta ahora, son mujeres. Sin embargo, oh, sorpresa, entre los salarios más altos, la situación es justo la contraria, siendo más los hombres que los cobran que las mujeres.

Y eso con datos oficiales del INE, porque si nos fijamos en otros informes independientes, la situación que dibujan es aún más lamentable. Decir que las mujeres están discriminadas en el mundo laboral es por tanto, algo más que una evidencia.

Además, según el informe “Las mujeres en el trabajo” de la OIT, (Organización Internacional del Trabajo), la brecha salarial aumentó en España 2,7 puntos con la crisis. Además, denuncia que la brecha de género no solo es salarial, sino que se da en todos los ámbitos de trabajo: población activa, desempleo, distribución de las horas de trabajo remunerado y no remunerado, calidad, jubilación y protección social.

Por otro lado, la brecha salarial entre hombres y mujeres tiene dos lecturas. La más fácil es la que interpreta que una mujer y un hombre que ocupan el mismo puesto de trabajo perciben salarios distintos, donde siempre es inferior el de la mujer. La otra viene a explicar que las mujeres según los datos, trabajan menos horas que los hombres lo que, obviamente, repercute en que cobran menos.

El por qué trabajan menos horas es fácil de explicar, ellas soportan la carga más fuerte de la organización doméstica y el cuidado de hijos o padres ancianos, por lo que la desocupación y la precariedad laboral se ceban más en ellas. Lo que es otra clara muestra del machismo estructural existente en España.

Pero bueno, tranquilidad que no pasa nada porque esto se acabará solucionando, la mala noticia es que según el Foro Económico Mundial, en su Informe sobre la brecha global de igualdad de género 2016, será en el año 2186 cuando se alcanzará la igualdad salarial en el mundo.

La brecha salarial en España es evidente y profundamente injusta, más si tenemos en cuenta que hace ya tiempo las mujeres han realizado un sorpasso a los hombres en educación secundaria y universitaria, lo que significa que estamos desaprovechando mucho talento y formación de nuestra ciudadanía, por el mero hecho de pertenecer al género femenino.

Las soluciones pasarían por multar con contundencia a las empresas que en un mismo puesto de trabajo, paguen menos a una mujer que a un hombre. También sería bueno incentivar prácticas salariales favorables a las familias, así como introducir guarderías o apoyos a los trabajadores con hijos, para que puedan conciliar de forma más fácil. Y ya sería el acabose, eliminar la segregación ocupacional donde según que tipos de puesto son destinados por género.

Entre los 35 y 45 años las mujeres cobran alrededor de 1.000 euros menos que los hombres

Y aunque he mencionado tres estudios distintos, que arrojan datos inequívocos, todavía habrá quien diga que la brecha salarial no existe, por negar que no quede, es la última opción que le queda al machismo más retrogrado, pero los datos son los que son y se pueden hartar a patalear, gritar e incluso insultar, porque algunos pensamos seguir denunciándolo sin descanso hasta que las cosas cambien.

Mucha tarea le espera a la ministra de Igualdad, ministerio que en la anterior legislatura directamente dejó de existir y que en está nueva legislatura ha resucitado integrado, eso sí, en el de Sanidad, bajo el mando de Dolors Monserrat, quien en su toma de posesión aseguró que trabajará “sin descanso para lograr una sociedad con igualdad de oportunidades”. Pues va siendo hora que se ponga a ello, porque tiene mucho trabajo por delante si de verdad piensa mantener y cumplir esa promesa.

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