10 de marzo de 1972: Día da clase obreira galega

Se cumplen 45 años de los asesinatos de Amador y Daniel, mártires de la clase obrera.  

El 7 de febrero de 1972 se había firmado en Madrid, por parte del Sindicato Vertical un convenio interprovincial de los diferentes astilleros del país. El 8 de febrero se celebra en Ferrol una asamblea de trabajadores que se manifiesta en contra de la firma, y se convoca una nueva asamblea para el día 9 del mismo mes. La respuesta por parte de la patronal a esta convocatoria es el despido de seis dirigentes sindicales.
El 9 de Marzo, ante el despido de los dirigentes obreros los trabajadores deciden parar la producción y concentrarse dentro del astillero hasta que sus compañeros fuesen readmitidos. En torno a las tres de la tarde la empresa amenaza a los trabajadores con el desalojo policial. Sobre las cinco de la tarde la policía entre en la factoría y desaloja a los trabajadores por la fuerza con el resultado de más de veinte heridos. Los choques entre los trabajadores y la policía se trasladan a las calles y durante la noche se escuchan los primeros disparos de los cuerpos de represión franquista.
A las 7:30 de la mañana del 10 de marzo los trabajadores  se concentran ante las puertas cerradas del astillero de Bazán, unos 4.000 obreros que deciden dirigirse hacia el otro astillero de la ciudad, Astano, para unirse a sus compañeros de lucha. Al llegar al cruce de As Pías se encuentran con la emboscada  de la Guardia Civil que disparan sobre los trabajadores. En ese momento y en ese lugar fueron asesinados Amador y Daniel,  sus nombres quedan desde entonces grabados a sangre y fuego, Amador Rey Rodríguez y Daniel Niebla García. También  más de 40 heridos, muchos de los cuales no acudieron al hospital por temor a ser detenidos. Amador y Daniel, eran responsables del Comité Local de COOO y militantes del PCE.
Durante varias horas Ferrol quedó en manos de los huelguistas, respondiendo el gobierno cortando las comunicaciones, incluidas las telefónicas, hasta que logró concentrar los efectivos necesarios para ocupar la ciudad. En los días posteriores la solidaridad obrera se extendió por toda la comarca y por toda Galicia, parando otras fábricas y respondiendo la población con un fuerte apoyo a los familiares de los represaliados.
Al llegar al cruce de As Pías se encuentran con la emboscada  de la Guardia Civil que disparan sobre los trabajadores. En ese momento y en ese lugar fueron asesinados Amador y Daniel.
El balance de la lucha fue brutal: 2 trabajadores asesinados, 16 heridos de bala, decenas de heridos por otras causas, 160 despedidos, 60 encarcelados y 50 multados con cifras que iban desde las 50.000 pesetas a las 250.000, cantidades colosales en aquellos tiempos.
En los días posteriores se produjeron numerosas detenciones de sindicalistas, militantes comunistas y activistas de distinto signo. También se produjeron movilizaciones de protesta y solidaridad por Galicia, Estado Español y a nivel internacional promocionadas fundamentalmente por el PCE. Muchos trabajadores organizados y conscientes de ser clase obrera, fueron encarcelados en la prisión militar de Caranza y posteriormente juzgados por un Consejo de Guerra y condenados a varios años de prisión. Otros fueron sancionados con multas y 23 de ellos fueron procesados por el Tribunal de Orden Público (TOP), en el conocido como «proceso de los 23 de Ferrol», que derivó en condenas entre uno y cuatro años. Los asesinatos y la violencia policial en los sucesos de Ferrol no derivaron en responsabilidad alguna, ni para los autores materiales ni para los responsable políticos y policiales.
Honor, justicia y reparación para Amador y Daniel, que eran obreros e hijos del pueblo.
La mejor manera de rendir homenaje a los camaradas Amador y Daniel y a todos los que sufrieron por la mano de la dictadura franquista es seguir luchando. Las diversas Reformas Laborales, perpetradas tanto por el PP como por el PSOE, han ido robando a la clase obrera derechos ganados con sangre, sudor y lágrimas. Es importante y necesario aprender cómo se ganaron, en luchas como la del 10 de marzo de 1972, los derechos que nos han robado y nos siguen robando.
El 10 de Marzo debe ser ante todo una jornada de lucha de las trabajadoras y trabajadores para honrar la memoria que lo dieron todo, hasta la vida por defender la dignidad de la clase obrera.

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